Ciudad
del Vaticano, 18 mayo 2014 (VIS).- El Santo Padre, como cada domingo,
se ha asomado a la ventana del estudio del Palacio Apostólico
Vaticano para rezar el Regina Caeli con los fieles y peregrinos
presentes en la Plaza de San Pedro. El Papa ha mencionado la lectura
de los Hechos de los Apóstoles destacando cómo también, al igual
que sucede hoy en nuestras parroquias, en la Iglesia de los primeros
tiempos había tensiones y desacuerdos. ''En la vida, hay conflictos,
la cuestión es cómo se afrontan... los problemas no se resuelven
haciendo como que no existen''.
Francisco
ha recordado que los apóstoles en aquella época tomaron el control
ante las dificultades del enfrentamiento de los fieles y los
pastores, y supieron superar los problemas. ''Comparando, discutiendo
y rezando -ha dicho- así se resuelven los conflictos en la Iglesia.
Con la certeza de que las habladurías, las envidias y los celos no
nos llevarán nunca a la concordia, a la armonía o a la paz. Ahí es
el Espíritu Santo quien corona esta situación y nos hace entender
que cuando le dejamos al mando, Él nos lleva a la armonía, a la
unidad y al respeto de los diferentes dones y talentos''. El Papa ha
deseado que con la ayuda de la Virgen María ''seamos dóciles al
Espíritu Santo para que sepamos respetarnos entre nosotros y
converger siempre más profundamente en la fe y la caridad, con el
corazón abierto a las necesidades de los hermanos''.
Antes
de finalizar, Francisco ha pedido rezar un Ave María por las
victimas de las inundaciones en los Balcanes y por todas las
personas que continúan trabajando para superar los duros momentos de
angustia. El Pontífice ha recordado también que ayer en la ciudad
de Iasi (Rumanía) fue proclamado beato el obispo Anton Durcovici,
mártir de la fe. Asimismo ha saludado a los estudiantes de
diferentes escuelas católicas, a las asociaciones de voluntarios que
celebran el día del enfermo oncológico y a todos los presentes,
deseándoles un buen domingo.
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