Ciudad
del Vaticano, 4 noviembre 2013
(VIS).- Como es tradicional en estas fechas, el Papa ha celebrado,
esta mañana en la Basílica Vaticana de San Pedro, la misa por los
cardenales y obispos que han fallecido en este año. “Sólo el
pecado del hombre puede interrumpir la unión con Dios, pero incluso
en este caso, Dios le buscará siempre, le perseguirá para
restablecer la unión que perdura también después de la muerte, -ha
dicho-, una unión que en el encuentro final con el Padre alcanza su
culmine”.
Con
estas palabras Francisco ha explicado a los presentes que los
prelados difuntos están en las manos de Dios. “Esta realidad,
llena de esperanza, es la perspectiva de la resurrección final, de
la vida eterna, a la cual están destinados “los justos”,
aquellos que acogen la Palabra de Dios y son dóciles a su Espíritu”.
Al terminar, el Pontífice ha confiado a la misericordia del Señor
“a nuestros hermanos cardenales y obispos fallecidos. Hombres
dedicados a su vocación y su servicio a la Iglesia, que la han amado
como uno ama a una esposa”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario