Ciudad
del Vaticano, 19 junio 2013
(VIS).-El Papa
Francisco ha dedicado la catequesis de la audiencia general de los
miércoles a la expresión "del cuerpo" con la que el
Concilio Vaticano II indica la naturaleza de la Iglesia: la Iglesia
es cuerpo de Cristo.
El
Santo Padre ha recordado el texto de la conversión de Saulo, que más
tarde se llamará Pablo, para explicar cómo el apóstol con esta
experiencia nos enseña la profundidad de la unión entre nosotros,
cristianos, y Cristo.
"La
imagen del cuerpo nos ayuda a entender esta profunda relación
Iglesia-Cristo, que san Pablo ha desarrollado de manera particular
-ha dicho-... La Iglesia es un cuerpo viviente...y este cuerpo tiene
una cabeza, Jesús, que lo guía, lo nutre y lo apoya... pero como
sucede en un cuerpo, es importante que pase la savia vital para que
viva, así que debemos permitir que Jesús trabaje en nosotros, que
su palabra nos guíe, que su presencia eucarística nos nutra, nos
ame, que su amor fortalezca nuestro amar al próximo".
"En
la Iglesia -ha continuado el pontífice- hay una variedad, una
diversidad de tareas y de funciones; no hay una uniformidad plana,
por la riqueza de los dones que distribuye el Espíritu Santo. Pero
hay comunión y unidad: todos están en relación los unos con los
otros y todos necesitan formar un único cuerpo vital, profundamente
unido a Cristo. Recordémoslo bien: ser parte de la Iglesia quiere
decir estar unidos a Cristo y recibir de Él la vida divina que nos
hace vivir como cristianos, quiere decir estar unidos al Papa y a los
obispos que son instrumentos de unidad y de comunión, y quiere decir
también aprender a superar personalismos y divisiones, comprenderse
más, armonizar las variedades y las riquezas de cada uno; en una
palabra: querer más a Dios y a las personas que están a nuestro
lado, en familia, en parroquia, en las asociaciones. ¡Cuerpo y
extremidades para vivir deben estar unidos!”.
El
Santo Padre con palabras improvisadas ha exclamado: "La
unidad es superior a los conflictos, ¡siempre!. Los conflictos si no
se disuelven bien, nos separan entre nosotros, nos separan de Dios.
El conflicto nos puede ayudar a crecer, pero también puede
dividirnos. No vayamos por el camino de las divisiones, de las luchas
entre nosotros. Todos unidos con nuestras diferencias, pero unidos
siempre: éste es el camino de Jesús".
“¡Cuánto daño causan a la Iglesia las
divisiones entre cristianos, el estar separados, los intereses
mezquinos!. Las divisiones entre
nosotros y las divisiones entre las comunidades: cristianos
evangélicos, cristianos ortodoxos, cristianos católicos, ¿por qué
divididos?. Debemos tratar de lograr la unidad... tenemos que rezar
entre nosotros católicos y con los otros cristianos, rezar para que
el Señor nos conceda la unidad, la unidad entre nosotros. ¿Pero
cómo vamos a tener la unidad entre los cristianos, si no somos
capaces de tenerla entre nosotros los católicos?. ¿De tenerla en la
familia?. ¿Cuántas familias luchan y se dividen?. Buscad la unidad,
la unidad que hace la Iglesia. La unidad viene de Jesucristo. Él nos
envía al Espíritu Santo para crear unidad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario