Ciudad
del Vaticano, 24 junio 2013
(VIS).-A mediodía de hoy, el Santo Padre ha
recibido en audiencia a 30 miembros de la Delegación del Comité
Judío Internacional para Consultas Interreligiosas. El Papa ha
recordado que los 21 encuentros anteriores han ayudado a reforzar la
recíproca comprensión y los lazos de amistad entre judíos y
católicos.
Este
es el primer encuentro del Papa Francisco desde su nombramiento con
un grupo oficial de representantes de organizaciones y comunidades
judías. El Pontífice dijo que la Declaración 'Nostra Aetate' del
Concilio Ecuménico Vaticano II representa para la Iglesia católica
"un punto de referencia fundamental con respecto a las
relaciones con el pueblo judío".
"A
través de las palabras del texto conciliar -ha dicho el Papa- la
Iglesia reconoce que 'los inicios de su fe y de su elección se
encuentran, según el misterio divino de la salvación, en los
Patriarcas, en Moisés y en los Profetas'. Respecto al pueblo judío,
el Concilio recuerda las enseñanzas de San Pablo: 'los dones y la
llamada de Dios son irrevocables', y asimismo condena firmemente los
odios, las persecuciones, y todas las manifestaciones de
antisemitismo.¡Por nuestras raíces comunes, un cristiano no puede
ser antisemita!"
El
Santo Padre ha mencionado que los principios fundamentales de la
Declaración han señalado un camino de "mayor conocimiento y
comprensión recíproca entre judíos y católicos" al cual sus
predecesores han dado un "notable impulso" tanto mediante
gestos especialmente significativos como a través de la elaboración
de documentos que han profundizado la reflexión sobre los
fundamentos teológicos de las relaciones.
"Esto
-afirmó Francisco- "representa solamente la parte más visible
de un vasto movimiento que se ha realizado a nivel local un poco en
todo el mundo, y de los que yo mismo soy testigo. Durante mi
ministerio como Arzobispo de Buenos Aires he tenido la alegría de
mantener relaciones de sincera amistad con algunos exponentes del
mundo judío. Hemos conversado a menudo acerca de nuestra respectiva
identidad religiosa, de la imagen del hombre contenida en las
Escrituras, las modalidades para mantener vivo el sentido de Dios en
un mundo secularizado. Me he confrontado con ellos en diversas
ocasiones sobre los desafíos comunes que tienen judíos y
cristianos. Pero sobre todo, como amigos, hemos gustado el uno la
presencia del otro, nos hemos enriquecido recíprocamente en el
encuentro y en el diálogo, con una actitud de acogida recíproca y
esto nos ha ayudado a crecer como hombres y como creyentes."
"Estas
relaciones de amistad constituyen en ciertos aspectos la base del
diálogo que se desarrolla en el plano oficial", ha dicho el
Papa animando a los presentes a seguir su camino, "tratando
-como estáis haciendo- de involucrar a las nuevas generaciones. La
humanidad necesita de nuestro común testimonio a favor del respeto
de la dignidad del hombre y de la mujer, creados a imagen y semejanza
de Dios, y a favor de la paz que, ante todo, es un don suyo".
Francisco ha terminado recordando las palabras del
profeta Jeremías: "yo sé los planes que tengo para vosotros -
afirma el Señor- planes de bienestar y no de calamidad, para daros
un futuro y una esperanza".
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