"Pablo
VI -ha dicho el Papa- supo dar testimonio, en años difíciles, de la
fe en Jesucristo. El amor total a Cristo emerge en toda la vida de
Montini, incluso en la elección del nombre como Papa, que explicó
con estas palabras: «es
el Apóstol que amó a Cristo de manera suprema, que de la misma
forma deseó y se esforzó por llevar el Evangelio de Cristo a todas
las personas , que por amor a Cristo ofreció su vida».
Un profundo amor a Cristo no para poseerlo, sino para anunciarlo",
ha continuado el Papa. Estas
palabras apasionadas son palabras grandes. Os confieso una cosa: sus
discursos de Manila y Nazaret han sido para mí una fuerza
espiritual, me han hecho mucho bien en la vida. Yo vuelvo a este
discurso, vuelvo una y otra vez, porque me hace bien escuchar estas
palabras de Pablo VI hoy ¿Y
nosotros? ¿tenemos el mismo amor hacia Cristo? ¿es el centro de
nuestra vida? ¿lo testimoniamos en las acciones de cada día?".
Como
segundo punto, Francisco ha destacado el amor de Pablo VI a la
Iglesia. "Un amor apasionado, el amor de toda una vida, alegre y
sufrido, expresado desde su primera Encíclica, 'Ecclesiam suam'...
Ha amado a la Iglesia y se ha desvivido por ella
incondicionalmente... ¡Éste es el corazón de un verdadero pastor,
de un auténtico cristiano, de un hombre capaz de amar!.
El
Papa Francisco ha destacado que la 'Evangelii nuntiandi' "para
mí es el documento pastoral más grande que se ha escrito hasta
ahora". "Pablo VI tenía una visión muy clara de
que la Iglesia es una Madre que lleva Cristo y te lleva a Cristo".
De nuevo el Papa se ha dirigido a los fieles y les ha preguntado:
"¿somos realmente una Iglesia unida a Cristo, para salir y
anunciarlo a todos, incluso y sobre todo a las que yo llamo
«periferias
existenciales», o estamos encerrados en nosotros mismos, en nuestros
grupos, en nuestras pequeñas
iglesitas? ¿O amamos la Iglesia grande, la Iglesia madre, la Iglesia
que nos envía en misión y nos hacer salir de nosotros mismos?".
El
Pontífice ha citado como tercer elemento el amor por el hombre.
"También esto está ligado a Cristo: es la misma pasión de
Dios que nos empuja a encontrar al hombre, a respetarlo, a
reconocerlo, a servirlo". Francisco ha recordado las palabras de
Pablo VI en la última sesión del Vaticano II: «La religión del
Dios que se ha hecho Hombre, ha encontrado a la religión del hombre
que se hace Dios. ¿Qué ha sucedido?, ¿un choque, una lucha, un
anatema? ...Toda esta riqueza doctrinal se dirige hacia una única
dirección: servir al hombre... en todas sus condiciones, en todas
sus enfermedades, en todas sus necesidades. La Iglesia casi se ha
declarado la esclava de la humanidad». Esto
también hoy nos da luz, en este mundo donde se niega al hombre,
donde se prefiere andar por el camino del gnosticismo, el camino del
pelagianismo o de 'ninguna carne' -un Dios que no se ha hecho carne-
o de 'ningún Dios', el hombre prometeico que puede ir adelante.
Nosotros en este tiempo podemos decir las mismas cosas que Pablo VI:
la Iglesia es la esclava del hombre, la Iglesia cree en Cristo que se
ha hecho carne y por esto sirve al hombre, ama al hombre, cree en el
hombre. Esta es la inspiración del grande Pablo VI”.
"Queridos
amigos, ¡encontrarnos en nombre del Venerable Siervo de Dios Pablo
VI nos hace bien! Su testimonio alimenta en nosotros la llama del
amor por Cristo", dijo por último el Papa.
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