Ciudad
del Vaticano, 19 junio 2013
(VIS).-Finalizada la catequesis el Santo Padre ha hablado de la
Jornada Mundial del Refugiado que se celebra mañana y este año está
dedicada sobre todo a las familias refugiadas “forzadas a menudo -
ha subrayado el Pontífice- a dejar a toda prisa su casa y su patria
y a perder todos sus bienes y seguridades para escapar de violencias,
persecuciones o graves discriminaciones con motivo de la religión
que profesan, de la pertenencia a un grupo étnico, de sus ideas
políticas”.
“Además
de los peligros del viaje, a menudo, estas familias corren el peligro
de disgregarse y, en el país que las acoge, deben confrontarse con
culturas y sociedades diversas de las suyas. No podemos permanecer
indiferentes ante esas familias y esos hermanos y hermanas nuestras
refugiados: estamos llamados a ayudarles, abriéndonos a la
comprensión y a la hospitalidad. ¡Que no falten en todo el mundo
personas e instituciones que los ayuden! . En sus rostros está
grabado el rostro de Cristo”.
Después
el Papa ha recordado que el pasado domingo en el contexto del Año de
la Fe, “hemos celebrado a Dios que es Vida y fuente de la vida, a
Cristo que nos da la vida, al Espíritu Santo que nos mantiene en la
relación vital de hijos verdaderos de Dios”. “Me gustaría -ha
añadido- invitar a todos de nuevo a acoger y a dar testimonio del
Evangelio de la Vida, a promover y a defender la vida en todas sus
dimensiones y en todas su fases. El cristiano es aquel que dice “sí”
a la vida, que dice “sí” a Dios, el Viviente”.
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