Ciudad
del Vaticano, 28 junio 2013
(VIS).-”Vuestra presencia es la señal del estrecho lazo que une en
la fe, en la esperanza y en la caridad, a la Iglesia de
Constantinopla con la Iglesia de Roma”, ha dicho el Papa Francisco
recibiendo esta mañana en el Vaticano a la delegación del
Patriarcado Ecuménico en visita a Roma con motivo de la solemnidad
de los apóstoles Pedro y Pablo. La costumbre del intercambio de
visitas en ocasión de las respectivas fiestas patronales se remonta
a 1969 y el Papa ha subrayado que “el encuentro fraterno es parte
esencial del camino hacia la unidad”.
La
búsqueda de la unidad entre los cristianos es “una urgencia a la
cual, hoy mas que nunca, no podemos sustraernos -ha proseguido el
Pontífice- ¡En nuestro mundo hambriento de verdad y de amor, de
paz, esperanza y unidad, es clave para nuestro mismo testimonio,
poder finalmente proclamar con una sola voz la alegre noticia del
Evangelio y celebrar juntos los Divinos Misterios de la nueva vida en
Cristo! Sabemos que la unidad es, en primer lugar, un don de Dios por
el que hay que rezar sin descanso, pero a todos nosotros nos
corresponde la tarea de preparar las condiciones y de cultivar el
terreno del corazón para acoger esta gracia extraordinaria”.
Francisco
ha elogiado la aportación fundamental en la búsqueda de la plena
comunión de la Comisión mixta internacional para el diálogo
teológico que presiden el Metropolitano Joannis y el cardenal Kurt
Koch. Ese órgano ha elaborado diversos textos en común y ahora
estudia la relación teológica y eclesiológica entre primado y
sinodalidad en la vida de la Iglesia. Al respecto el Papa ha
comentado la relevancia de que hoy “se pueda reflexionar juntos en
la verdad y en la caridad sobre estas temáticas comenzando por lo
que nos une sin esconder, sin embargo, lo que todavía nos separa. No
se trata de un mero ejercicio teórico, sino de conocer a fondo las
tradiciones recíprocas para comprenderlas y, a veces, para aprender
de ellas. Me refiero, por ejemplo, a la reflexión de la Iglesia
Católica acerca del sentido de la colegialidad episcopal y a la
tradición de la sinodalidad, tan característica de las Iglesias
ortodoxas”.
“Me
conforta -ha añadido- saber que católicos y ortodoxos comparten la
misma concepción de diálogo que no busca un minimalismo teológico
sobre el que llegar a un compromiso, sino que se basa más bien, en
la profundización de la única verdad que Cristo ha dado a su
Iglesia y que no cesamos nunca de comprender mejor movidos por el
Espíritu Santo. Por eso no tenemos que tener miedo del encuentro y
del diálogo verdadero. No nos aleja de la verdad; al contrario, a
través de un intercambio de dones, nos conduce, bajo la guía del
Espíritu de la verdad a toda la verdad”.
El
Santo Padre se ha despedido de la delegación ecuménica, que
asistirá mañana a la celebración eucarística presidida por el
Papa, invocando la intercesión de los santos Pedro y Pablo, patronos
de la Iglesia de Roma y del apóstol Andrés, patrono de la Iglesia
de Constantinopla “por nuestros fieles y por las necesidades del
mundo entero, sobre todo de los pobres, de los que sufren y de los
que son perseguidos injustamente por razón de su fe”.
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