Ciudad
del Vaticano, 21 marzo 2013
(VIS).- Sonó el móvil, y lo último que podía imaginar Pablo
Ordoñe, el fraile argentino Maestro General de la Orden de Nuestra
Señora de la Merced, era que le llamaban de parte del Papa. No se
trataba de una ceremonia litúrgica ni de un encuentro de trabajo. Lo
que este fraile estaba oyendo era que el nuevo Papa Francisco quería
"comer algo" con él; con él y con otros argentinos
presentes en Roma.
Los
invitados fueron hasta 50, entre ellos más o menos conocidos: el
presidente de la Conferencia Episcopal argentina, algún sacerdote,
ciertas religiosas, … pero también hombres y mujeres casados, con
sus hijos, periodistas,... Y esto era el miércoles, al día
siguiente del inicio de su Pontificado. "¡Fue muy fuerte! ...
Era demasiado ... Me parecía imposible!", ha comentado Fray
Pablo Bernardo Ordoñe en la Radio Vaticana.
Pero
era verdad. Fue hacia las 12.30h en uno de los salones adyacentes al
Aula Pablo VI del Vaticano. "Un gesto muy paisano -señala este
fraile-. Muy de América Latina: Siéntate a la mesa porque alcanza
para todos...". Lo hubo, y como dice Pablo, "todo con una
gran naturalidad": "el abrazo típico, y el consejo del
buen padre, y el canto entre nosotros... porque cantamos el tango...
Se trataba también de recuperar nuestras raíces y tradiciones".
En este ambiente una canción resonaba de manera especial en la
memoria del mercedario argentino. Una canción que él, como otros
jóvenes de su tierra, cantaban en su juventud. La letra dice: "un
nuevo sol se levanta sobre la nueva civilización que nace hoy; el
camino es el amor".
Los
invitados también rezaron. "Hemos rezado juntos... Sí, nos ha
invitado a rezar mucho y a rezar juntos... Y ha mostrado una gran
predilección por la familia y por los niños -añade Pablo Ordoñe-.
A mí me ha pedido poner en pie la Orden de la Merced".
Al
Maestro General de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, la
periodista de Radio Vaticano le hizo una pregunta más: "-¿Cómo
es el nuevo Papa?". Pablo Bernardo Ordoñe no necesita pensar
mucho la respuesta: "No es un hombre que se queda dando vueltas
al problema, sino que es un hombre que sabe adonde va, con quien va,
y con que cuenta. Y le hemos dicho que estamos dispuestos a colaborar
con él, a sostenerle, a acompañarle. Queremos que todo vaya bien
para todos, en toda la Iglesia"
Un
almuerzo con el Papa Francisco. Quizá haya más. Pero del primero,
el fraile argentino ya tiene su resolución: "Quiero invitar a
todos a que se sumen a esto mismo -que no es exclusivo de algunos-,
que todos se contagien de este sentimiento que nos vincula a todos,
que nos lleva a sentirnos parte de esta comunidad. Contando con todo
lo que había -porque gracias a Dios la Iglesia es siempre fecunda-,
tenemos que ser capaces de tener esa nueva
mirada".
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