Ciudad del Vaticano, 14 marzo 2013
(VIS).- No era un secreto. Como a quién no le importa que todos
sepan lo que piensa hacer, el Papa Francisco se lo había dicho al
mundo en su primera aparición pública, a las 20.24 de la noche:
"Mañana quiero ir a rezar a la Virgen, para que cuide a toda
Roma". Y a las 8.05 h. en punto, en su primera salida del
Vaticano, el recién elegido Romano Pontífice llegaba en un sencillo
coche de la gendarmería vaticana a la Basílica de Santa María La
Mayor, la iglesia más antigua y más grande de Roma dedicada a la
Virgen. Por una de las puertas laterales; por ahí es por donde el
nuevo Pontífice de la Iglesia católica ha querido acceder.
Nada más entrar, el Papa se ha
dirigido hacia la imagen de Nuestra Señora "Salus Populi
Romani" (Protectora del Pueblo Romano), acompañado, entre
otros, del cardenal Santos Abril, arcipreste titular de la Basílica,
-una de las cuatro grandes de Roma, cuyo protocanónigo es el Rey de
España-, y el cardenal vicario para Roma, Agostino Vallini.
El Santo Padre, después de dejar a la
Virgen un ramo de flores en el altar, ha rezado en silencio durante
unos 10 minutos delante del altar mayor, debajo del que hay una
cripta con una reliquia del pesebre de Belén. También ha acudido a
la llamada Capilla Sixtina, donde está el altar en que San Ignacio
de Loyola celebró su primera misa en Roma, en la noche de Navidad de
1538, "un lugar- ha señalado el Padre Lombardi- muy
significativo para los jesuitas". Y. por último, el nuevo
Romano Pontífice ha querido también rezar delante de la tumba de
San Pío V.
Dentro de la Basílica, el Papa
Francisco ha saludado tanto al Cabildo del templo, confesores y
pastores, como a todo el personal que trabaja allí, y a los fieles y
periodistas que se ha encontrado a su paso.
Y el Santo Padre se ha ido como ha
llegado: con un séquito y una escolta mínima, y acompañado por el
prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gaenswein. Pero, de camino, el
Romano Pontífice, ha vuelto a sorprender. Primero al dirigir un
cariñoso saludo a unos escolares; y después, cuando ha solicitado a
su conductor que aparcara en la vía de la Scrofa (cerca de la Piazza
Navona), en la Casa Internacional del Clero, donde estaba residiendo
antes de comenzar el Cónclave. El Papa ha recogido sus pertenencias,
ha pedido la factura, y ha pagado como un cliente más.
MISA CON LOS CARDENALES EN LA SIXTINA
La primera celebración litúrgica del
Santo Padre será con los cardenales electores que han participado en
el Cónclave, esta tarde, en la Capilla Sixtina, a las 17.00 h. La
misa concelebrada "Por la Iglesia" se celebrará en latín,
con las lecturas en italiano, y como ha comentado el portavoz de la
Oficina de Prensa del Vaticano, "la homilia del Papa
posiblemente será en italiano". (La referencia a las lecturas y
otras oraciones se encuentran ya en www.vatican.va).
Después de esta misa, el nuevo Santo
Padre irá al apartamento papal preparado en la Casa de Santa Marta,
aunque, según ha indicado el Padre Lombardi "vivirá allí por
poco tiempo porque se prevé que el Papa pueda trasladarse pronto a
las dependencias papales del Vaticano, que están ya casi
habilitadas".
El
director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en su encuentro
con los periodistas, ha recordado la primera aparición del Papa
cuando ayer por la tarde, saludó a la multitud reunida en la Plaza
de San Pedro, subrayando la sencillez y la serenidad que
caracterizaron este encuentro, empezando por la petición del nuevo
Pontífice a los fieles, diciéndoles que rezasen por él y la
elección de la vestimenta. “El Santo Padre - ha dicho Lombardi-
saludó a la multitud llevando al cuello la misma cruz pectoral que
llevaba estos días: no eligió la cruz pectoral del Papa para las
grandes ceremonias ni tampoco se puso la muceta roja que puede llevar
un Sumo Pontífice, ni la estola”. “También es significativa la
elección del nombre, Francisco, como Francisco de Asís, que
recuerda tanto la espiritualidad y la pobreza evangélicas. Su nombre
como Papa es Francisco, a secas. No Francisco I ya que es el primer
pontífice que lleva ese nombre. Si después de él, lo eligiese otro
Papa, entonces ese sí sería Francisco I”.
Entre los gestos del nuevo Papa cabe
destacar, ha proseguido Lombardi, que siempre ayer, en la Capilla
Sixtina recibió el homenaje y la obediencia de los cardenales de
pie, como ellos, y no sentado en un sitial. También regresó con el
colegio cardenalicio en autobús a la Casa de Santa Marta y no en el
automóvil destinado habitualmente al Papa y, en el curso de la cena
con los electores les dijo: “Que Dios os perdone por lo que habéis
hecho”.
El
director de la Oficina de Prensa ha respondido también a una
pregunta sobre la renovación de los cargos en las jefaturas de los
dicasterios de la Santa Sede. “Es tradición que en los primeros
días de su pontificado el Papa las confirme. En pasado algunas
veces, las confirmaba en los primeros días, con la fórmula, “hasta
que se provea de otra manera”, para después, poco a poco, ir
eligiendo con toda libertad a sus colaboradores. De todas formas, se
trata de actos de gobierno muy personales que competen solamente al
Papa”.
Respecto
a los problemas de seguridad que podría plantear el estilo mas
“informal” del nuevo Papa, Lombardi ha puntualizado que “los
encargados de la seguridad del Pontífice están a su servicio y
adaptan las medidas para protegerlo al estilo de cada Papa. Por
ejemplo, Juan Pablo II era un pontífice que rompía las previsiones
e iba a saludar a las personas sin avisar antes, y siempre los
encargados de su seguridad adecuaban los métodos para protegerlo a
estas características”.
Por
último, hablando de la salud del Papa Francisco, el Padre Lombardi
ha confirmado que efectivamente de joven, hace 40 años, tuvo una
enfermedad pulmonar y le extirparon un trozo de pulmón pero que ese
hecho “no ha sido nunca un obstáculo ni para su ritmo de trabajo,
ni para su vida y su actividad pastoral, como ha demostrado al frente
de una diócesis que requiere tanto empeño como la de Buenos Aires”.
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