Ciudad
del Vaticano, 9 de febrero 2013 (VIS).- Ayer tarde, a las 18,15, el
Santo Padre realizó una visita al Seminario Romano Mayor, en la
víspera de la Fiesta de la Virgen de la Confianza, que cae mañana.
A su llegada fue recibido por el cardenal Agostino Vallini y por el
Rector, el P. Concetto Occhipinti. Benedicto XVI dio una lectio
divina sobre el texto de la Primera Carta de San Pedro Apóstol (), a
los seminaristas del Seminario Romano Mayor, el Seminario Romano
Menor, el Almo Collegio Capranica, el Colegio Diocesano "Redemptoris
Mater" y el Seminario de la Virgen del Amor Divino. Ofrecemos
amplios extractos de la misma, pronunciada sin texto oficial.
“Pedro
habla; es casi una primera encíclica con la que el primer apóstol,
vicario de Cristo, habla a la Iglesia de todos los tiempos. (....)
No escribe solo cómo un individuo aislado, escribe con la ayuda de
la Iglesia, de las personas que lo ayudan a profundizar en su fe, a
entrar en la profundidad de su pensamiento .... Y esto es muy
importante: Pedro no habla como individuo, habla “ex persona
Ecclesiae, habla como un hombre de la Iglesia, ciertamente como una
persona, con su responsabilidad personal, pero también como una
persona que habla en nombre de la Iglesia (...) en la comunión de
la Iglesia”.
“Creo
que también es importante que al final de la carta se nombre a
Silvano y Marcos, dos personas que pertenecen al grupo de amigos de
San Pablo. Así, los mundos de San Pedro y San Pablo van de la mano:
no es una teología exclusivamente petrina contra una teología
paulina, sino una teología de la Iglesia, de la fe de la Iglesia, en
la que hay diversidad - por supuesto - de temperamento, de
pensamiento, de estilo... Es bueno que existan estas diferencias,
incluso hoy en día, de carismas diferentes, de temperamentos
diferentes, pero no son contrastantes y se unen en la misma fe”.
“San
Pedro escribe desde Roma. Es importante: aquí tenemos ya al Obispo
de Roma: es el comienzo de la sucesión, el principio del primado
concreto colocado en Roma, no sólo consignado por el Señor, sino
puesto aquí en esta ciudad, capital del mundo... Después de su fuga
de la cárcel de Herodes...Pedro, confió la Iglesia
judeo-cristiana, la Iglesia de Jerusalén a Santiago y confiándola a
Santiago, siguió siendo, sin embargo primado de la Iglesia
universal, de la Iglesia de los paganos, pero también de la Iglesia
judeo-cristiana (...)En Roma se encuentran ambas partes de la
Iglesia: la judeo cristiano y la pagano-cristiana unidas, expresión
de la Iglesia universal... Y Pedro no sólo ha pensado en este
pasaje: Jerusalén/Roma, Iglesia judeo-cristiana/ Iglesia universal.
... San Pedro sabía que su fin habría sido el martirio, habría
sido la cruz.... Por lo tanto, ir a Roma sin duda era también ir
al martirio... Así, el primado tiene este contenido de
universalidad, y también un contenido martirológico...Y la cruz
puede tomar formas muy diferentes, pero no se puede ser cristiano sin
seguir al Crucificado, sin aceptar también el momento
martirológico”.
“San
Pedro define a aquellos a quienes escribe como "los elegidos que
son extranjeros dispersos" .... Una vez más, tenemos la
paradoja de la gloria y la cruz: elegidos, pero dispersos y
extranjeros. Somos elegidos: Dios nos ha conocido siempre, desde
antes de que naciéramos, Dios me ha querido, como cristiano, como
católico, como sacerdote... me ha elegido, me ha querido, y
ahora yo respondo... Pero regocijarse porque Dios nos ha elegido no
es triunfalismo, sino gratitud, y creo que tenemos que volver a
aprender esta alegría... Sin embargo, “elegidos” va acompañado
por extranjeros y dispersos. Como cristianos estamos dispersos y
somos extranjeros. Vemos que hoy en el mundo los cristianos son el
grupo más perseguido, porque no se conforman .... porque van en
contra de las tendencias del egoísmo, del materialismo.”
“Ciertamente
los cristianos no son sólo extranjeros; también somos naciones
cristianas, nos sentimos orgullosos de haber contribuido a la
formación de la cultura; hay un patriotismo sano, una sana alegría
de pertenecer a una nación que tiene una gran historia de cultura y
fe. Pero, sin embargo, como cristianos, somos siempre extranjeros -
el destino de Abraham, que se describe en la Carta a los Hebreos-. Y,
hoy en día, como cristianos somos cada vez más extranjeros. En el
ámbito laboral, los cristianos son una minoría, se encuentran en
situación de alienación; hay que maravillarse de que todavía se
puede creer y vivir de esta manera. Forma parte de nuestra vida: es
la forma de estar con Cristo Crucificado, siendo extranjeros, que no
viven de acuerdo con la forma en que todos viven ; vivimos - o al
menos tratamos de vivir - de acuerdo a su Palabra, en una gran
diversidad con respecto a lo que todos dicen. Y esto es
característico de los cristianos”.
“Llegamos
finalmente a los tres versículos de hoy. Sólo quiero señalar
tres palabras: regenerados, herencia y custodiados en la fe.
Regenerado.... no se refiere sólo al ámbito de la voluntad, atañe
a toda la esfera del ser, no depende solo de mi voluntad: es un acto
de Dios (...) He renacido ... me dejo transformar, renovar...Y
renacer, ser regenerado, también indica que entro en una nueva
familia: Dios, mi Padre, la Iglesia, mi madre, y los otros
cristianos, mis hermanos y hermanas”.
“Segunda
palabra: Herencia. Somos herederos. no de un país determinado,
sino de la tierra de Dios, del futuro de Dios...Esta palabra dice que
como cristianos tenemos futuro... Y por eso, como cristianos,
sabemos que nuestro es el futuro y que el árbol de la Iglesia no es
un árbol moribundo, sino el árbol que crece siempre de nuevo. Por
lo tanto, tenemos motivos para no dejarnos impresionar - como decía
Juan XXIII - por los profetas de desventura que dicen: la Iglesia,
es un árbol crecido del grano de mostaza, que ha vivido dos mil
años, ahora tiene el tiempo tras ella, le ha llegado el momento de
morir. " No. La Iglesia siempre se renueva, renace siempre. El
futuro es nuestro. Por supuesto, hay un falso optimismo y un falso
pesimismo. Un pesimismo falso que dice que el tiempo de la
cristiandad ha terminado. No: ¡ inicia de nuevo!. El falso optimismo
fue el de después del Concilio, cuando se cerraban los conventos y
los seminarios y se decía: no pasa nada, está bien. “No! No está
bien. También hay caídas graves y peligrosas, y hay que reconocer
con sano realismo que no está bien; no está bien cuando se hacen
cosas equivocadas. Pero también tenemos que estar seguros, al mismo
tiempo, que si aquí y allá la Iglesia muere por los pecados de los
hombres, a causa de su incredulidad, al mismo tiempo, vuelve a
nacer”.
En
fin, “custodiados por la fe” ... La fe es como el "centinela”
que preserva la integridad de mi ser... Debemos estar agradecidos
por esta vigilancia de la fe que nos protege, nos ayuda, nos guía y
nos da seguridad: Dios no nos deja caer de sus manos”.
EL PAPA VISITA EL SEMINARIO
ROMANO MAYOR
Ciudad
del Vaticano, 9 de febrero 2013 (VIS).- Ayer tarde, a las 18,15, el
Santo Padre realizó una visita al Seminario Romano Mayor, en la
víspera de la Fiesta de la Virgen de la Confianza, que cae mañana.
A su llegada fue recibido por el cardenal Agostino Vallini y por el
Rector, el P. Concetto Occhipinti. Benedicto XVI dio una lectio
divina sobre el texto de la Primera Carta de San Pedro Apóstol (), a
los seminaristas del Seminario Romano Mayor, el Seminario Romano
Menor, el Almo Collegio Capranica, el Colegio Diocesano "Redemptoris
Mater" y el Seminario de la Virgen del Amor Divino. Ofrecemos
amplios extractos de la misma, pronunciada sin texto oficial.
“Pedro
habla; es casi una primera encíclica con la que el primer apóstol,
vicario de Cristo, habla a la Iglesia de todos los tiempos. (....)
No escribe solo cómo un individuo aislado, escribe con la ayuda de
la Iglesia, de las personas que lo ayudan a profundizar en su fe, a
entrar en la profundidad de su pensamiento .... Y esto es muy
importante: Pedro no habla como individuo, habla “ex persona
Ecclesiae, habla como un hombre de la Iglesia, ciertamente como una
persona, con su responsabilidad personal, pero también como una
persona que habla en nombre de la Iglesia (...) en la comunión de
la Iglesia”.
“Creo
que también es importante que al final de la carta se nombre a
Silvano y Marcos, dos personas que pertenecen al grupo de amigos de
San Pablo. Así, los mundos de San Pedro y San Pablo van de la mano:
no es una teología exclusivamente petrina contra una teología
paulina, sino una teología de la Iglesia, de la fe de la Iglesia, en
la que hay diversidad - por supuesto - de temperamento, de
pensamiento, de estilo... Es bueno que existan estas diferencias,
incluso hoy en día, de carismas diferentes, de temperamentos
diferentes, pero no son contrastantes y se unen en la misma fe”.
“San
Pedro escribe desde Roma. Es importante: aquí tenemos ya al Obispo
de Roma: es el comienzo de la sucesión, el principio del primado
concreto colocado en Roma, no sólo consignado por el Señor, sino
puesto aquí en esta ciudad, capital del mundo... Después de su fuga
de la cárcel de Herodes...Pedro, confió la Iglesia
judeo-cristiana, la Iglesia de Jerusalén a Santiago y confiándola a
Santiago, siguió siendo, sin embargo primado de la Iglesia
universal, de la Iglesia de los paganos, pero también de la Iglesia
judeo-cristiana (...)En Roma se encuentran ambas partes de la
Iglesia: la judeo cristiano y la pagano-cristiana unidas, expresión
de la Iglesia universal... Y Pedro no sólo ha pensado en este
pasaje: Jerusalén/Roma, Iglesia judeo-cristiana/ Iglesia universal.
... San Pedro sabía que su fin habría sido el martirio, habría
sido la cruz.... Por lo tanto, ir a Roma sin duda era también ir
al martirio... Así, el primado tiene este contenido de
universalidad, y también un contenido martirológico...Y la cruz
puede tomar formas muy diferentes, pero no se puede ser cristiano sin
seguir al Crucificado, sin aceptar también el momento
martirológico”.
“San
Pedro define a aquellos a quienes escribe como "los elegidos que
son extranjeros dispersos" .... Una vez más, tenemos la
paradoja de la gloria y la cruz: elegidos, pero dispersos y
extranjeros. Somos elegidos: Dios nos ha conocido siempre, desde
antes de que naciéramos, Dios me ha querido, como cristiano, como
católico, como sacerdote... me ha elegido, me ha querido, y
ahora yo respondo... Pero regocijarse porque Dios nos ha elegido no
es triunfalismo, sino gratitud, y creo que tenemos que volver a
aprender esta alegría... Sin embargo, “elegidos” va acompañado
por extranjeros y dispersos. Como cristianos estamos dispersos y
somos extranjeros. Vemos que hoy en el mundo los cristianos son el
grupo más perseguido, porque no se conforman .... porque van en
contra de las tendencias del egoísmo, del materialismo.”
“Ciertamente
los cristianos no son sólo extranjeros; también somos naciones
cristianas, nos sentimos orgullosos de haber contribuido a la
formación de la cultura; hay un patriotismo sano, una sana alegría
de pertenecer a una nación que tiene una gran historia de cultura y
fe. Pero, sin embargo, como cristianos, somos siempre extranjeros -
el destino de Abraham, que se describe en la Carta a los Hebreos-. Y,
hoy en día, como cristianos somos cada vez más extranjeros. En el
ámbito laboral, los cristianos son una minoría, se encuentran en
situación de alienación; hay que maravillarse de que todavía se
puede creer y vivir de esta manera. Forma parte de nuestra vida: es
la forma de estar con Cristo Crucificado, siendo extranjeros, que no
viven de acuerdo con la forma en que todos viven ; vivimos - o al
menos tratamos de vivir - de acuerdo a su Palabra, en una gran
diversidad con respecto a lo que todos dicen. Y esto es
característico de los cristianos”.
“Llegamos
finalmente a los tres versículos de hoy. Sólo quiero señalar
tres palabras: regenerados, herencia y custodiados en la fe.
Regenerado.... no se refiere sólo al ámbito de la voluntad, atañe
a toda la esfera del ser, no depende solo de mi voluntad: es un acto
de Dios (...) He renacido ... me dejo transformar, renovar...Y
renacer, ser regenerado, también indica que entro en una nueva
familia: Dios, mi Padre, la Iglesia, mi madre, y los otros
cristianos, mis hermanos y hermanas”.
“Segunda
palabra: Herencia. Somos herederos. no de un país determinado,
sino de la tierra de Dios, del futuro de Dios...Esta palabra dice que
como cristianos tenemos futuro... Y por eso, como cristianos,
sabemos que nuestro es el futuro y que el árbol de la Iglesia no es
un árbol moribundo, sino el árbol que crece siempre de nuevo. Por
lo tanto, tenemos motivos para no dejarnos impresionar - como decía
Juan XXIII - por los profetas de desventura que dicen: la Iglesia,
es un árbol crecido del grano de mostaza, que ha vivido dos mil
años, ahora tiene el tiempo tras ella, le ha llegado el momento de
morir. " No. La Iglesia siempre se renueva, renace siempre. El
futuro es nuestro. Por supuesto, hay un falso optimismo y un falso
pesimismo. Un pesimismo falso que dice que el tiempo de la
cristiandad ha terminado. No: ¡ inicia de nuevo!. El falso optimismo
fue el de después del Concilio, cuando se cerraban los conventos y
los seminarios y se decía: no pasa nada, está bien. “No! No está
bien. También hay caídas graves y peligrosas, y hay que reconocer
con sano realismo que no está bien; no está bien cuando se hacen
cosas equivocadas. Pero también tenemos que estar seguros, al mismo
tiempo, que si aquí y allá la Iglesia muere por los pecados de los
hombres, a causa de su incredulidad, al mismo tiempo, vuelve a
nacer”.
En
fin, “custodiados por la fe” ... La fe es como el "centinela”
que preserva la integridad de mi ser... Debemos estar agradecidos
por esta vigilancia de la fe que nos protege, nos ayuda, nos guía y
nos da seguridad: Dios no nos deja caer de sus manos”.
¿Dónde se puede leer el texto completo de la lectio del Papa en castellano? Pues el sitio web del Vaticano solo la publica en italiano
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