Ciudad
del Vaticano, 23 febrero 2013
(VIS).-Al final de los Ejercicios Espirituales Benedicto XVI ha dado
las gracias a los miembros de la Curia que lo han acompañado estos
días y al cardenal Gianfranco Ravasi, predicador de los ejercicios.
El Papa se ha referido a las predicaciones, cuyo tema era “Arte de
creer, arte de orar” como unas “ hermosas caminatas por el mundo
de la fe y el universo de los Salmos”.
“Me
ha venido en mente -ha dicho Benedicto XVI- que los teólogos
medievales han traducido la palabra "logos" no sólo con
"verbum", sino también con "ars": "Verbum"
y "ars" son intercambiables. Sólo en las dos juntas
aparece, para los teólogos medievales, todo el significado de la
palabra "logos". El "Logos" no es sólo una razón
matemática: el "Logos" tiene un corazón,; "Logos"
es también amor. La verdad es bella. Verdad y belleza se dan la
mano: la belleza es el sello de la verdad”.
“Y
sin embargo, a partir de los Salmos y de nuestra experiencia
cotidiana, también ha enfatizado que el “muy hermoso” del sexto
día - expresado por el Creador - es permanentemente cuestionado, en
este mundo, por el mal, el sufrimiento y la corrupción. Casi parece
que el diablo quiera ensuciar permanentemente la creación, para
contradecir a Dios y hacer irreconocible su verdad y su belleza. En
un mundo tan marcado por el mal también, el "Logos", la
belleza eterna y el '"Ars" eterno, debe aparecer como
"caput cruentatum". El Hijo encarnado, el "Logos"
encarnado, lleva una corona de espinas, y sin embargo, así, en esta
figura sufridora del Hijo de Dios, empezamos a ver la belleza más
profunda de nuestro Creador y Redentor; podemos, en el silencio de la
"noche oscura", escuchar su Palabra. Creer no es otra
cosa que, en la oscuridad del mundo, tocar la mano de Dios, y así,
en silencio, escuchar la Palabra, percibir el Amor”.
Benedicto
XVI ha dado nuevamente las gracias al cardenal Ravasi, manifestando
el deseo de “hacer otras caminatas en este universo misterioso de
la fe, para ser cada vez más capaces de rezar, proclamar, anunciar,
ser testigos de la verdad, que es bella y que es amor”.
“Al
final, queridos amigos -ha concluido- me gustaría daros las gracias
a todos, y no sólo por esta semana, sino por estos ocho años, en
que habéis llevado conmigo, con gran competencia, afecto, amor y fe,
el peso del ministerio petrino. Os sigo estando grato y aunque si
ahora termina la comunión "exterior" y "visible"
-como ha dicho el cardenal Ravasi -permanece la cercanía
espiritual, la profunda comunión en la oración. En esta certeza
avanzamos, confiados en la victoria de Dios, seguros de la verdad de
la belleza y el amor”.
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