Ciudad
del Vaticano, 17 abril 2012
(VIS).-”Constantino el Grande. Las raíces de Europa” es el
título del congreso internacional de estudios que tendrá lugar del
18 al 21 de abril en el Vaticano. El evento está organizado por el
Comité Pontificio de Ciencias Históricas, con motivo del 1700
aniversario de la batalla de Ponte Milvio y de la conversión del
emperador Constantino.
Esta
mañana, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, han presentado el
congreso el padre Bernard Ardura, O. Praem., Presidente del Comité
Pontificio de Ciencias Históricas; Claire Sotinel, profesora de
Historia romana en la Universidad de Paris-Créteil y miembro de
l'Ecole Française de Roma; y Giovanni Maria Vian, director del
diario L’Osservatore Romano.
“Estas
jornadas de estudio -ha explicado el padre Ardura- son el fruto de la
provechosa cooperación científica con instituciones culturales de
alto nivel: el Archivo Secreto y la Biblioteca Apostólica Vaticana,
el Consejo Nacional de Investigaciones, la Biblioteca Ambrosiana, la
Universidad Católica del Sagrado Corazón y la Universidad Estatal
de Milán; con la cooperación y la aportación de la Delegación de
la Unión Europea ante la Santa Sede, el Consejo Regional del Lacio y
la Universidad Pontificia Lateranense”.
El
congreso es el primero de un díptico que se completará en 2013 en
Milán con motivo del 1700 aniversario de la promulgación del Edicto
de Milán, que estableció la libertad de religión en el Imperio
romano dando fin a las persecuciones contra ciertos grupos
religiosos, especialmente los cristianos. Mientras el congreso de
2013 se ocupará de la denominada “revolución constantiniana”,
el de Roma abordará el contexto en que vivió Constantino y las
relaciones entre cristianos e imperio romano antes del 313. Los
expertos, dijo Ardura “discutirán sobre las relaciones entre
religión y Estado, sobre la idea de libertad religiosa en el Imperio
y sobre la religión desde el punto de vista del emperador y del
Senado romano”.
Un
tema clave será la conversión y el bautismo de Constantino y su
actitud hacia los cristianos tras la batalla del Puente Milvio, que
tuvo lugar el 28 de octubre de 312 y en la que pereció su rival,
Majencio. Los historiadores cristianos de esta época y posteriores,
influidos por el relato de Eusebio de Cesarea, vieron en la victoria
de Constantino una intervención divina.
“La
batalla no fue un evento de gran relieve desde el punto de vista
propiamente estratégico y militar -afirmó Ardura- pero asumió
rápidamente el papel de símbolo fundador de un mundo nuevo, nacido
del encuentro de Constantino con el cristianismo. Efectivamente, (…)
estaba a punto de concluir la era de las persecuciones imperiales
contra los cristianos, para favorecer la evangelización del entero
imperio, esbozando el perfil de Europa occidental y balcánica. Una
Europa en que florecieron los valores de dignidad humana, de
cooperación entre religión y Estado, de libertad de conciencia, de
religión y de culto. Ciertamente, estos hechos, que pasarán a
formar parte del patrimonio humanista y cultural de Europa,
necesitarán muchos siglos para alcanzar la madurez, pero están ya
todos 'in nuce' en la 'revolución constantiniana' y, por tanto, en
la batalla del Puente Milvio”.
Por
su parte, Claire Sotinel subrayó que un análisis histórico, atento
y crítico, “hace posible comprender lo que sucedió tras la
batalla del Puente Milvio, para ayudarnos a reflexionar, en el siglo
XXI, sobre cuestiones importantes como las interacciones entre
religión y poder político, la constitución de un horizonte
religioso plural, la posibilidad de convivencia entre religiones
diversas y muchas otras cosas”.
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