CIUDAD DEL VATICANO, 21 SEP 2008 (VIS).-Benedicto XVI, a su regreso de Albano, donde celebró la Santa Misa, se asomó al mediodía al balcón del palacio apostólico de Castelgandolfo para rezar el Ángelus con los peregrinos allí reunidos.
El Papa comentó la parábola del dueño de la viña que llama a trabajar a los obreros en diversos momentos de la jornada y, suscitando la protesta de los que fueron llamados los primeros, al final del día da a todos la misma paga, como narra San Mateo en el Evangelio de hoy.
Tras recordar que cuando fue elegido al solio pontificio quiso presentarse como "un obrero de la viña del Señor", Benedicto XVI explicó que el dinero del que habla el Evangelio representa "la vida eterna, un don que Dios reserva a todos. Todavía más, los que son considerados "últimos", si lo aceptan, pasan a ser "los primeros", mientras "los primeros" corren el peligro de acabar "los últimos".
"El primer mensaje de esta parábola -prosiguió- es que el patrón no soporta (...) el desempleo: quiere que todos trabajen en su viña. En realidad, el ser llamados es ya la primera recompensa: poder trabajar en la viña del Señor, ponerse a su servicio, colaborar en su obra, constituye de por sí un premio incalculable que compensa todas las fatigas. Pero esto sólo lo entiende el que ama al Señor y su Reino: el que trabaja solamente por la paga no se dará cuenta nunca del valor de este tesoro".
El apóstol Mateo, señaló el Papa, vivió en primera persona esa experiencia porque como publicano, recaudador de impuestos, era considerado un "pecador público, excluido de la "viña del Señor", pero cuando Jesús lo llama "se convirtió inmediatamente en discípulo de Cristo. De "último", pasó a ser "primero", gracias a la lógica de Dios que -por suerte para nosotros- es muy distinta de la del mundo.
"También San Pablo, de quien celebramos el Año Jubilar, experimentó la alegría de que el Señor lo llamase a trabajar en su viña " y "entendió muy bien que trabajar para el Señor en esta tierra es ya una recompensa".
El Santo Padre concluyó afirmando que la Virgen María es "el sarmiento perfecto de la viña del Señor. De ella brotó el fruto bendito del amor divino: Jesucristo nuestro Salvador".
ANG/VOCACION/... VIS 20080922 (390)
El Papa comentó la parábola del dueño de la viña que llama a trabajar a los obreros en diversos momentos de la jornada y, suscitando la protesta de los que fueron llamados los primeros, al final del día da a todos la misma paga, como narra San Mateo en el Evangelio de hoy.
Tras recordar que cuando fue elegido al solio pontificio quiso presentarse como "un obrero de la viña del Señor", Benedicto XVI explicó que el dinero del que habla el Evangelio representa "la vida eterna, un don que Dios reserva a todos. Todavía más, los que son considerados "últimos", si lo aceptan, pasan a ser "los primeros", mientras "los primeros" corren el peligro de acabar "los últimos".
"El primer mensaje de esta parábola -prosiguió- es que el patrón no soporta (...) el desempleo: quiere que todos trabajen en su viña. En realidad, el ser llamados es ya la primera recompensa: poder trabajar en la viña del Señor, ponerse a su servicio, colaborar en su obra, constituye de por sí un premio incalculable que compensa todas las fatigas. Pero esto sólo lo entiende el que ama al Señor y su Reino: el que trabaja solamente por la paga no se dará cuenta nunca del valor de este tesoro".
El apóstol Mateo, señaló el Papa, vivió en primera persona esa experiencia porque como publicano, recaudador de impuestos, era considerado un "pecador público, excluido de la "viña del Señor", pero cuando Jesús lo llama "se convirtió inmediatamente en discípulo de Cristo. De "último", pasó a ser "primero", gracias a la lógica de Dios que -por suerte para nosotros- es muy distinta de la del mundo.
"También San Pablo, de quien celebramos el Año Jubilar, experimentó la alegría de que el Señor lo llamase a trabajar en su viña " y "entendió muy bien que trabajar para el Señor en esta tierra es ya una recompensa".
El Santo Padre concluyó afirmando que la Virgen María es "el sarmiento perfecto de la viña del Señor. De ella brotó el fruto bendito del amor divino: Jesucristo nuestro Salvador".
ANG/VOCACION/... VIS 20080922 (390)
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