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jueves, 22 de febrero de 2007

CARIDAD, ORACION, PENITENCIA PARA UNA RENOVACION INTERIOR

CIUDAD DEL VATICANO, 22 FEB 2007 (VIS).-Ayer, Miércoles de Ceniza, el Santo Padre presidió a las 17,00 en la basílica romana de Santa Sabina en el Aventino, la celebración de la Eucaristía con el rito de la bendición e imposición de la ceniza.

  En la homilía, el Papa afirmó que la liturgia de este día "indica en la conversión del corazón a Dios la dimensión fundamental del tiempo cuaresmal. Este es el signo tan sugestivo del tradicional rito de la imposición de la ceniza, (...) que tiene un doble significado: el primero relativo al cambio interior, a la conversión y a la penitencia, y el segundo recuerda la precariedad de la condición humana".

  Benedicto XVI señaló que en el Evangelio de hoy, "Jesús indica cuáles son los medios útiles para la auténtica renovación interior y comunitaria: las obras de caridad (limosna), la oración y la penitencia (el ayuno). (...) Estos gestos exteriores, que se deben realizar para agradar a Dios y no para obtener la aprobación y el consenso de los seres humanos, son de su complacencia si expresan la determinación del corazón para servirle con sencillez y generosidad".

  "El ayuno, al que nos invita la Iglesia en este tiempo fuerte -continuó-, no nace de motivaciones de orden físico, o estético, sino de la exigencia que experimenta el hombre de una purificación interior que lo desintoxique de la contaminación del pecado y del mal; que lo eduque en esas renuncias saludables que liberan al creyente de la esclavitud del propio yo; que lo hagan más atento y disponible a la escucha de Dios y al servicio de los hermanos".

  El Santo Padre subrayó que "por esta razón, el ayuno y las otras prácticas cuaresmales son consideradas por la tradición cristiana "armas" espirituales para combatir el mal, las malas pasiones y los vicios".

  Tras recordar que en el mensaje para la Cuaresma de este año había invitado a "vivir estos cuarenta días de especial gracia como un tiempo "eucarístico", el Papa afirmó que en la Eucaristía "todos los cristianos pueden perseverar en el itinerario que hoy emprendemos solemnemente. Las obras de caridad (limosna), la oración, el ayuno junto con otros sinceros esfuerzos de conversión alcanzan su más alto significado y valor en la Eucaristía, centro y cumbre de la vida de la Iglesia y de la historia de la salvación".
HML/CUARESMA/SANTA SABINA                VIS 20070222 (400)


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