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miércoles, 29 de octubre de 2003

CON EL MES DE OCTUBRE CONCLUYE EL AÑO DEL ROSARIO


CIUDAD DEL VATICANO, 29 OCT 2003 (VIS) - La audiencia general de este miércoles se celebró en dos lugares diferentes debido al mal tiempo. El Papa saludó a los peregrinos en la basílica vaticana y posteriormente se dirigió al Aula Pablo VI.

Juan Pablo II afirmó que "con el mes de octubre se concluye el Año del Rosario", que proclamó de octubre de 2002 a octubre de 2003.

"Estoy profundamente agradecido a Dios -dijo el Santo Padre ante 16.000 personas- por este tiempo de gracia, en el que toda la comunidad eclesial ha podido profundizar en el valor y la importancia del Rosario, como oración cristológica y contemplativa".

Tras recordar el "lema" del Año del Rosario, "Contemplar con María el rostro de Cristo", Juan Pablo II dijo que estas palabras tomadas de la carta apostólica "Rosarium Virginis Mariae", "expresan en síntesis el auténtico significado de esta oración sencilla y profunda. Al mismo tiempo, ponen de relieve la continuidad entre la propuesta del Rosario y el camino indicado al Pueblo de Dios en mi anterior carta apostólica 'Novo millennio ineunte'".

"Si al inicio del tercer milenio -continuó- los cristianos están llamados a crecer como 'contempladores del rostro de Cristo', y las comunidades eclesiales a convertirse en 'auténticas escuelas de oración', el Rosario constituye la vía' mariana' privilegiada, para alcanzar este doble objetivo".

El Papa recordó que durante este año había querido "confiar al Pueblo de Dios dos grandes intenciones de oración: la paz y la familia. El siglo XXI, nacido bajo el signo de la gran reconciliación jubilar, ha heredado por desgracia actos de guerra y de violencia numerosos y duraderos. Los desconcertantes atentados del 11 de septiembre de 2001 y los hechos acaecidos después, han aumentado la tensión en todo el mundo. Ante estas preocupantes situaciones, rezar el Rosario no es un replegarse en sí mismo, sino una decisión de fe responsable: contemplando el rostro de Cristo, nuestra Paz y nuestra reconciliación, queremos implorar de Dios el don de la paz por intercesión de María Santísima. A Ella le pedimos la fuerza necesaria para ser constructores de paz, comenzando por la vida cotidiana en familia".

Refiriéndose a la familia, el Santo Padre subrayó que debería ser "el primer ambiente en el que la paz de Cristo es acogida, cultivada y custodiada. Sin embargo, en nuestros días, sin la oración resulta cada vez más difícil para la familia realizar su vocación. Por eso, sería realmente útil recuperar la hermosa costumbre de rezar el Rosario en casa, como hacían las generaciones pasadas. 'La familia que reza unida, permanece unida'".

"Confío estas intenciones -concluyó- a la Virgen, para que proteja a las familias y obtenga la paz para cada persona y para el mundo entero. Espero que todos los creyentes, acompañados por la Virgen, se encaminen decididamente por el camino de la santidad, con la mirada fija en Jesús, y meditando con el Rosario, los misterios de la salvación. Este será el fruto más precioso de este año dedicado a la oración del Rosario".

AG;AÑO ROSARIO;...;...;VIS;20031029;480;

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