SOLIDARIDAD CON LOS JOVENES QUE SUFREN A CAUSA DE LA GUERRA

CIUDAD DEL VATICANO, 13 ABR 2003 (VIS) - A las 10,00 de hoy, Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, Juan Pablo II presidió en la Plaza de San Pedro la celebración eucarística ante unos 50.000 jóvenes de todo el mundo que celebraban la XVIII Jornada Mundial de la Juventud sobre el tema: "¡Ahí tienes a tu madre!".

En la homilía, el Papa dijo que la liturgia de hoy es "como un solemne portal de ingreso en la Semana Santa. Asocia dos momentos que contrastan entre ellos: la acogida de Jesús en Jerusalén y el drama de la Pasión. (...) Anticipa la 'hora' en la que el Mesías tendrá que sufrir mucho, lo matar n y resucitar el tercer día, y nos prepara para vivir en plenitud el misterio pascual".

El Santo Padre afirmó que Jerusalén "se puede considerar la Ciudad-símbolo de la humanidad, especialmente en el dram tico inicio del tercer milenio que estamos viviendo. (...) Hoy estamos de fiesta porque entra en Jerusalén Jesús, el Rey de la paz".

Tras saludar a los numerosos jóvenes presentes, el Papa dijo: "¿Cómo no expresar solidaridad fraterna a vuestros coetáneos que sufren la guerra y la violencia en Irak, en Tierra Santa y en otras regiones del mundo?".

"Hoy -continuó- acogemos con fe y alegría a Cristo, que es nuestro 'rey': rey de verdad, de libertad, de justicia y de amor, que son los cuatro 'pilares' sobre los que es posible construir el edificio de la verdadera paz, como hace 40 años escribía en la Encíclica 'Pacem in Terris' el beato Papa Juan XXIII. La entrego idealmente a los jóvenes del mundo entero. (...): leedla, meditadla, esforzaos por ponerla en práctica".

"'¡Ahí tienes a tu madre!'. Jesús dirige estas palabras a cada uno de vosotros, queridos amigos. También a vosotros os pide que acojáis a María como madre 'en vuestra casa', 'entre vuestros bienes'. (...) Que María os ayude a responder generosamente a la llamada del Señor y a perseverar con alegría y fidelidad en la misión cristiana! (...) ¡Jóvenes del tercer milenio -concluyó- no tengáis miedo de ofrecer vuestra vida como respuesta total al Cristo! Sólo El cambia la vida y la historia del mundo".

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