Ciudad
del Vaticano, 24 de junio de 2015 (Vis).-El Papa Francisco envío
ayer tarde un mensaje al Secretario General del World Council of
Churches, el Pastor Olav Fykse Tveit, con motivo del quincuagésimo
aniversario del Grupo Mixto de Trabajo entre la Iglesia Católica y
esa institución. El texto fue leído por el cardenal Kurt Koch,
Presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos,
durante un congreso conmerativo en el Centro Pro Unione de Roma.
Francisco
escribe que ese aniversario es una ocasión para dar gracias a Dios
por todos los logros del movimiento ecuménico en sus cien años de
existencia, inspirado por el anhelo de la unidad que Cristo quiso
para su cuerpo la Iglesia, y por el sentido cada vez más fuerte del
escándalo de la división entre los cristianos.
Desde
su inauguración en 1965, el Grupo Mixto de Trabajo se ha ocupado no
sólo de cuestiones ecuménicas, sino también de diálogo
interreligioso y de temas relativos a la paz y la justicia social,
así como de obras de caridad y de ayuda humanitaria. El Papa
constata esa labor y advierte de que el grupo no debe ser un foro
autorreferencial sino ''cada vez más un "think tank",
abierto a todas las oportunidades y desafíos que enfrenta la Iglesia
hoy en día en su misión de acompañar a la humanidad que sufre en
su camino hacia el Reino, insuflando en la sociedad y en la cultura
las verdades y los valores del Evangelio''.
''En
la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium -prosigue el Pontífice
– escribí que las realidades son más importantes que las ideas.
La orientanción del Grupo Mixto de Trabajo debe ser la de abordar
las preocupaciones reales de las Iglesias de todo el mundo. De esta
manera no sólo podrá proponer con más eficacia formas de
colaboración que las acerquen, sino asegurarse de ofrecer una
diaconía adecuada a las necesidades de la gente''.
En
el cumplimiento de esta tarea, el Grupo Mixto de Trabajo, con sus
características y objetivos propios, ha elaborado nueve informes
que atestiguan una comprensión y un aprecio cada vez más fuertes de
los lazos de hermandad y reconciliación que, en el contexto de la
evolución del panorama del cristianismo en el mundo moderno,
sostienen a los cristianos en su testimonio común y en su misión
evangelizadora. No obstante, recuerda el Santo Padre, ''a pesar de
los muchos logros ecuménicos de los últimos cincuenta años, la
misión y el testimonio cristiano todavía sufren debido a nuestras
divisiones. Los desacuerdos sobre diversos temas - en particular las
cuestiones antropológicas, éticas y sociales, así como las
relacionadas con la comprensión de la naturaleza y las condiciones
de la unidad que buscamos – exigen un esfuerzo ulterior ¡Nuestro
diálogo debe continuar!''.
El
Papa finaliza su mensaje alentando al Grupo a intensificar el debate
sobre temas ecuménicos cruciales y, al mismo tiempo, a encontrar
formas para que los cristianos testimonien juntos la comunión real
pero imperfecta que comparten todos los bautizados. ''¡Que podamos
confiar siempre en que el Espíritu Santo siga asistiendo y guiando
nuestro camino, a menudo en formas nuevas y a veces inesperadas'',
exclama Francisco.
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