Ciudad
del Vaticano, 11 de junio de 2015 (Vis).-El Papa Francisco ha
recibido esta mañana en audiencia a los prelados de la Conferencia
episcopal de Letonia y Estonia que acaban de concluir su visita ''ad
Limina'' y, en el discurso que les ha entregado al final, les
recuerda que el Señor ''los ha elegido para trabajar en una
sociedad que, después de haber estado oprimida durante mucho tiempo
por regímenes fundados en ideologías contrarias a la dignidad y la
libertad humana, hoy está llamada a medirse con otras trampas
peligrosas, como el secularismo y el relativismo. Si ello puede
hacer que sea más difícil vuestra acción pastoral os exhorto
-escribe el Pontífice- a continuar sin descanso, sin perder nunca la
fe, a anunciar el Evangelio de Cristo, la Palabra de salvación para
la gente de todas las edades y todas las culturas''.
''En
esta renovada evangelización no estáis solos. Tenéis a vuestros
sacerdotes, que, aunque sean pocos y de diversos orígenes, están a
vuestro lado con respeto, obediencia y generosidad...Os animo a
cuidar de su formación, tanto en el ámbito teológico y eclesial,
como en el de la madurez humana, enraizada en una espiritualidad
sólida y caracterizada por la apertura amable y capaz de
discernimiento de la realidad del mundo en que vivimos ...Para el
crecimiento y el camino de vuestras comunidades es también
extremadamente valiosa la presencia de los hombres y mujeres de vida
consagrada. Sobre todo en este Año dedicado a ellos es oportuno que
entiendan que no son apreciados sólo por los servicios que prestan,
sino todavía más por la riqueza intrínseca de sus carismas y su
testimonio, por el hecho mismo de que existan, difundiendo entre el
pueblo de Dios el aroma de Cristo siguiendo el camino de los consejos
evangélicos''.
''La
participación de los fieles laicos es indispensable para la misión
evangelizadora -subraya Francisco- Vuestra cercanía y vuestra
solicitud los ayudarán a cumplir con las responsabilidades que,
según la enseñanza del Concilio Vaticano II, están llamados a
asumir en ámbito cultural, social y político, y también en el
caritativo y catequético... Los fieles laicos son el trámite vivo
entre lo que predicamos nosotros, los pastores, y los diversos
ambientes sociales... Al mismo tiempo, tanto ellos como vosotros
estáis en contacto diario con las otras tradiciones cristianas
presentes en el territorio y juntos podéis sostener el diálogo
ecuménico, tan necesario hoy en día, para la paz social a veces
sacudida por las diferencias étnicas y lingüísticas''.
El
Papa comparte la firme voluntad de los obispos de promover la
familia, pero constata que ''en nuestra época el matrimonio se
considera una forma de gratificación afectiva que puede
constituirse de cualquier modo y modificarse según la sensibilidad
de cada uno. Desafortunadamente esta concepción reductiva también
influye en la mentalidad de los cristianos, y lleva a la facilidad en
el recurso al divorcio o a la separación. Como pastores estamos
llamados a interrogarnos sobre la preparación al matrimonio y
también sobre cómo ayudar a las personas que viven estas
situaciones, para que los niños no se convierten en las primeras
víctimas y los cónyuges no se sientan excluidos de la misericordia
de Dios y de la solicitud de la Iglesia, sino que sean ayudados en
el camino de la fe y de la educación cristiana de los hijos''.
Por
último, el Santo Padre recuerda la crisis económica y social que
también ha afectado a Estonia y Letonia provocando una emigración
cuyo resultado ha sido un gran número de ''familias monoparentales
que necesitan una atención pastoral especial. La ausencia del padre
o de la madre en muchas familias comporta para el otro cónyuge un
mayor esfuerzo, en todos los sentidos, para educar a los hijos. Para
estas familias es realmente preciosa vuestra atención y la caridad
pastoral de los sacerdotes, junto con la proximidad efectiva de las
comunidades''.
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