Ciudad
del Vaticano, 30 de abril 2015 (VIS).-El Papa Francisco ha enviado un
telegrama de pésame al cardenal Agostino Vallini, su vicario para la
diócesis de Roma, con motivo del fallecimiento ayer a los 97 años,
del cardenal Giovanni Canestri, que fue arzobispo de Génova (Italia)
entre 1987 y 1995. El purpurado, oriundo de la diócesis de
Alessandria, pertenecia al clero de Roma.
''La
desaparición del venerado cardenal -escribe el Pontífice- suscita
en mi ánimo una emoción profunda y una admiración sincera por
un estimado hombre de Iglesia que vivió con humildad y fidelidad su
largo y fecundo sacerdocio y episcopado al servicio del Evangelio y
de las almas que le fueron confiadas. Recuerdo con gratitud su
ferviente ministerio, primero como vicepárroco en los años duros de
la guerra, en las periferias romanas marcadas por el sufrimiento y la
pobreza; después como párroco en dos populosas barriadas, dedicado
a educar, especialmente a los jóvenes, en la alegría de la fe.
Nombrado obispo auxiliar de Roma se dedicó con intensidad apostólica
a las exigencias espirituales y materiales de la gente mientras
participaba asiduamente a los trabajos del Concilio Vaticano II. En
el ministerio episcopal en Tortona, después como vice-regente y
arzobispo de Cagliari y, por último de Génova-Bobbio, testimonió
con sabiduría pastoral su generosa atención a las necesidades de
los demás, saliendo al encuentro de todos con bondad y mansedumbre.
Rezo fervientemente para que el Señor acoja al llorado cardenal en
la alegría y la paz eterna y le envío, junto a los que comparten el
dolor por su fallecimiento, la consoladora bendición apostólica con
un pensamiento especial a las Hermanas Apóstolas del Sagrado Corazón
de Jesús que lo han acudido amorosamente sobre todo en estos últimos
años de enfermedad''.
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