Ciudad
del Vaticano, 24 septiembre 2014
(VIS).- La tragedia del Ébola y el apostolado de la salud, la
necesidad de dar testimonio de integridad frente a la corrupción y
la cooperación ecuménica fueron los temas principales del discurso
que el Santo Padre entregó ayer a los obispos de la Conferencia
Episcopal de Ghana al final de su visita ad Limina.
En
el documento el Papa recuerda que el Sínodo de 2009 sobre África
señaló, ''entre las preocupaciones principales de los pastores de
la Iglesia la de cómo grabar en el corazón de los africanos
discípulos de Cristo la voluntad de comprometerse efectivamente en
vivir el Evangelio en su existencia y en la sociedad. Cristo llama
constantemente a la metanoia, a la conversión''.
Y
a este propósito señala que ''la obra de la conversión y la
evangelización no es fácil, pero da frutos preciosos para la
Iglesia y el mundo. La vitalidad espiritual de los fieles se traduce
para la Iglesia en numerosas obras de caridad, médicas y educativas
y en su labor en pro de la justicia y la igualdad. Los diversos
servicios, realizados en nombre de Dios, especialmente para los
pobres y débiles, son responsabilidad de toda la Iglesia local,
bajo la supervisión de su obispo, Pienso en particular, en la
importancia del apostolado de la salud, no sólo en Ghana, sino en
toda África occidental, que sufre actualmente el brote de Ébola.
Rezo por el eterno descanso de las almas de todos los que han muerto
en esta epidemia, entre los que hay sacerdotes, religiosos y
religiosas y trabajadores sanitarios que contrajeron esta terrible
enfermedad, mientras atendían a los que sufren. ¡Que Dios
fortalezca a todos los trabajadores sanitarios en esos lugares y
ponga fin a esta tragedia!''
''La
Iglesia en Ghana es respetada justamente por su contribución al
desarrollo integral de los individuos y de toda la nación. Al mismo
tiempo, a menudo encuentra que carece de los recursos materiales
necesarios para cumplir su misión en el mundo. En este sentido, me
gustaría ofrecerles dos reflexiones. En primer lugar, es
imprescindible que cualquier medio temporal que la Iglesia tenga a su
disposición siga administrándose con honestidad y responsabilidad,
a fin de dar buen testimonio, sobre todo allí donde la corrupción
obstaculiza el justo progreso de la sociedad... En segundo lugar, la
pobreza material puede ser un aldabonazo para llamar también la
atención sobre las necesidades espirituales de la persona, llevando
así a una confianza más profunda en el Señor, de quien procede
todo bien. Al igual que vuestras comunidades se esfuerzan
grandemente en aliviar la extremada pobreza, también la Iglesia
está llamada, a imitación de Cristo, a trabajar con humildad y
honestidad, utilizando los bienes a su disposición para abrir las
mentes y los corazones a las riquezas de la misericordia y la gracia
que fluyen del corazón de Cristo''.
Por
último el Papa dice a los obispos. ''Estad cerca de otros líderes
cristianos y de los jefes de las otras comunidades religiosas. La
cooperación ecuménica e interreligiosa, cuando se lleva a cabo con
respeto y corazón abierto, contribuye a la armonía social de
vuestro país, y fortalece el crecimiento en la comprensión de la
dignidad de cada persona y una mayor experiencia de nuestra humanidad
común. Afortunadamente, Ghana se ha librado de la mayor parte de las
divisiones tribales, étnicas y religiosas que han afectado a muchas
otras partes de África, un continente cuya promesa, en parte debido
a estas divisiones, aún no se ha cumplido. Rezo para que seáis cada
vez más promotores de la unidad y líderes en el servicio del
diálogo. ¡Sed firmes en la defensa de la enseñanza y la
disciplina de la Iglesia, e inflexibles en vuestra caridad!. Y que
vuestra generosidad al ofrecer a Cristo sea igualada solamente por
vuestra apertura humilde y paciente con los demás''
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