Ciudad
del Vaticano, 9 mayo 2014
(VIS).- ''Vuestra visita proporciona una oportunidad para que
reflexionemos juntos sobre la vida de la Iglesia en
Etiopía y Eritrea, y para discutir las alegrías y los retos que
enfrentáis a diario'' ha escrito el Santo Padre en el texto
entregado a los prelados de dichas Conferencias Episcopales al final
de su visita ad Limina. ''Aunque pertenecéis a diferentes países y
a diferentes ritos -continúa-, cada uno de vosotros con vuestra
particular riqueza, vuestra misión al servicio de Cristo y su
Iglesia, es la misma: anunciar el Evangelio y edificar a los fieles
en la santidad, la unidad y la caridad. Cuando esa misión se ejerce
en colaboración y apoyo mutuo, la Iglesia, unida en el Espíritu,
respira con los dos pulmones de Oriente y Occidente y se incendia con
el amor a Cristo''.
Francisco
recuerda que también en nuestra época hace falta el espíritu de
los misioneros devotos de los primeros días de la Iglesia, ''para
anunciar el mensaje de salvación de la vida nueva en Cristo a toda
la sociedad, no sólo a aquellos que no lo conocen, sino también a
los fieles, para que puedan escuchar una vez más la frescura del
Evangelio y ser alentados a buscar siempre nuevas y creativas maneras
de vivir y celebrar su fe''.
El
Papa anima a los prelados a ser ''padres buenos y generosos con sus
sacerdotes, prestar atención a sus necesidades humanas y
espirituales, y a su formación permanente en el sacerdocio''. ''Sin
embargo, para que sean mensajeros santos y eficaces del Evangelio es
esencial que ellos mismos puedan ser evangelizados. Esto debe
llevarse a cabo por primera vez en el seminario a través de una
formación humana integral, espiritual, intelectual y pastoral''.
Asimismo el
Pontífice recuerda el apoyo de los muchos ''religiosos y religiosas
que, durante generaciones han colaborado generosamente en la
construcción de sus comunidades locales, reflejando así el rostro
misericordioso de Cristo, y ayudando a vuestras Iglesias a vivir el
Evangelio''. El Santo Padre ha pedido a los obispos que alienten y
apoyen el continuo esfuerzo de los religiosos ''para atender las
necesidades espirituales y materiales de los pueblos de Etiopía y
Eritrea en la actualidad''.
Francisco
destaca que la labor de evangelización no está reservada únicamente
a los religiosos y clérigos sino que también es competencia de
todos los fieles cristianos y por ello ''es importante continuar
identificando y preparando responsables laicos cualificados para
ayudar en la formación de los fieles y así hacer presente "la
fragancia de la cercanía de Cristo y de su mirada personal".
''Los
muchos años de conflictos y tensiones continuas, que se suman a la
difusa pobreza y a las sequías han acarreado muchos sufrimientos a
vuestro pueblo'', afirma el Papa y agradece a los obispos los
programas sociales inspirados en el Evangelio que junto con los de
otros organismos de diverso tipo quieren aliviar esos sufrimientos.
Francisco menciona en particular a los innumerables niños y niñas,
víctimas del hambre, o huérfanos a causa de las conflictos. También
recuerda a los numerosos jóvenes, que al igual que sus familias,
''quisieran dejar su patria en busca de mejores oportunidades y
corren el riesgo de perder la vida en travesías peligrosas'', sin
olvidar a los ancianos abandonados en medio de todo este padecer.
''Vuestros
esfuerzos en su favor son un testimonio poderoso del amor de Dios y
una gracia extraordinaria para vuestro pueblo.. En vuestra amorosa
preocupación por los pobres y oprimidos -concluye- seguid buscando
nuevas oportunidades para cooperar con las autoridades civiles en la
promoción del bien común''.
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