Ciudad
del Vaticano, 17 marzo 2014
(VIS).- El Papa Francisco ha recibido esta mañana a los prelados de
la Conferencia Episcopal de Timor Oriental en visita “ad Limina
Apostolorum” y entregó, a los obispos el texto del discurso a
ellos destinado. En el texto, el Santo Padre trata algunas de las
preocupaciones que los prelados le han referido: la contribución de
los obispos como conciencia crítica de la nación; la Iglesia en
misión, movida por la misericordia; y hacer llegar la Buena Nueva de
la salvación expresada en los idiomas locales.
“La
Iglesia pide en la sociedad sólo una cosa -se lee en el texto-: la
libertad de anunciar el Evangelio de una manera íntegra, incluso
cuando va contra corriente de los valores actuales... vosotros,
queridos hermanos, no tengáis miedo de hacer esta contribución a la
Iglesia para el bien de toda la sociedad... Pero si no existe la
piedad, hoy en día hay pocas posibilidades de entrar en un mundo de
“heridos” que necesitan comprensión, perdón, y amor. Por esto
no me canso de llamar a toda la Iglesia a la “Revolución de la
Ternura”.
El
Santo Padre les anima “sin disminuir el valor del ideal evangélico
a controlar , con misericordia y paciencia, el potencial de
crecimiento de los pasos, que se realizan día a día... y prestar
atención a este desafío con una sólida formación de los
sacerdotes, religiosos y fieles laicos”. A esto el Papa añade que
no se pretende sólo una evangelización especializada ya que hay que
hacer de cada cristiano un protagonista porque “si una persona
experimenta verdaderamente el amor de Dios que salva, no tardará
mucho tiempo en salir a proclamarlo, no esperará a que le den
grandes lecciones o instrucciones. Cada cristiano es un misionero en
la medida en la que encuentra el amor de Dios en Jesucristo... en
todos los bautizados -añade- es el Espíritu el que lleva a
evangelizar. Asimismo Francisco señala que desafío no significa
amenaza.
El
Pontífice habla del triple lugar que el obispo debe desempeñar con
sus fieles: al frente, para mostrar el camino a su pueblo , en el
centro para mantenerlo unido y neutralizar estampidas, y detrás ,
para que nadie llegue tarde o se extravíe... En cualquier caso, sed
hombres capaces de sostener, con amor y paciencia, los pasos de Dios
en su pueblo y valorizad todo lo que le mantenga unido, teniendo
cuidado con los posibles peligros, pero sobre todo haced crecer la
esperanza: ¡que haya sol y luz en los corazones!
No hay comentarios:
Publicar un comentario