Ciudad
del Vaticano, 2 marzo 2014 (VIS).- A mediodía el Papa Francisco se
ha asomado a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus con los
fieles reunidos en la Plaza de San Pedro y, antes de la oración
mariana, ha hablado de “la divina Providencia” y de cómo el
profeta Isaías la presenta con la imagen del amor materno lleno de
ternura. “Dios no se olvida de ninguno de nosotros... De ninguno
con nombre y apellido -ha dicho-. Nos ama y no nos olvida. ¡Qué
buen pensamiento....Esta invitación a la confianza en Dios!”.
“Recordando
a todas las personas que viven en condiciones precarias, o incluso en
la pobreza que ofende su dignidad, -ha continuado- estas palabras de
Jesús pueden parecer abstractas, e incluso ilusorias. Pero en
realidad ¡son más actuales que nunca! Nos recuerdan que no se puede
servir a dos señores: Dios y la riqueza. Mientras uno trate de
acumular para sí mismo, nunca habrá justicia. ¡Necesitamos
entender bien esto!. Pero, si confiando en la providencia de Dios,
buscamos juntos su reino, entonces a nadie le faltará lo necesario
para vivir con dignidad”.
“Un
corazón ocupado por el deseo de poseer es un corazón lleno de este
deseo, pero vacío de Dios... En un corazón poseído por las
riquezas, no hay mucho lugar para la fe... Sin embargo, si se le da a
Dios el lugar que le corresponde, es decir, el primero, entonces su
amor también conduce a compartir la riqueza, para ponerla al
servicio de proyectos de caridad y desarrollo, como lo demuestran
muchos ejemplos, algunos recientes, en la historia de Iglesia. Y así,
la Providencia de Dios pasa a través de nuestro servicio a los
demás, nuestra participación con los demás”.
“El
camino que Jesús señala puede parecer poco realista en comparación
con la mentalidad común y a los problemas de la crisis económica...
Para asegurarnos de que a nadie le falte el pan, el agua, la ropa, la
vivienda, el trabajo, la salud, todos debemos reconocer que somos
hijos del Padre que está en los cielos, y por ello hermanos, y
actuar en consecuencia”. El Papa al finalizar ha invitado a los
presentes a invocar la intercesión de la Virgen María “para que
todos nos esforcemos a vivir con un estilo simple y sobrio, con la
mirada puesta en las necesidades de los hermanos más necesitados”.
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