Ciudad
del Vaticano, 1 marzo 2014
(VIS).-En el transcurso de la audiencia a los participantes en la
asamblea plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina que
tuvo lugar ayer, 28 de febrero, el Papa Francisco, además del
discurso entregado a los presentes, improvisó unas palabras de las
que hoy ofrecemos una síntesis,
“Transmisión
de la fe, emergencia educativa. ... Si hay una emergencia educativa
para la transmisión de la fe, es como tratar el tema de la
catequesis a la juventud desde una perspectiva diríamos de teología
fundamental. Es decir, cuáles son los presupuestos antropológicos
que hay hoy día en la transmisión de la fe que hacen que para la
juventud de América Latina esto sea emergencia educativa”
“La
primera pauta de la educación es que educar es... transmitir
contenidos, hábitos y valoraciones, los tres juntos. Para poder
transmitir la fe hay que crear el hábito de una conducta... Si
solamente queremos transmitir la fe con contenidos, será una cosa
superficial o ideológica que no va a tener raíces...Es importante..
transmitir a la juventud, ... el buen manejo de la utopía. Nosotros
en América Latina hemos tenido la experiencia de un manejo no del
todo equilibrado de la utopía y que en algún lugar, en algunos
lugares, no en todos, en algún momento nos desbordó. Al menos en el
caso de Argentina podemos decir cuántos muchachos de la Acción
Católica, por una mala educación de la utopía, terminaron en la
guerrilla de los años ’70... Saber conducir y ayudar a crecer la
utopía de un joven es una riqueza. Un joven sin utopías es un viejo
adelantado, envejeció antes de tiempo. ¿Cómo hago para que esta
ilusión que tiene el chico, esta utopía, lo lleve al encuentro con
Jesucristo? Es todo un paso que hay que ir haciendo”
“Una
utopía en un joven crece bien si está acompañada de memoria y de
discernimiento. La utopía mira al futuro, la memoria mira al pasado,
y el presente se discierne. El joven tiene que recibir la memoria y
plantar, arraigar su utopía en esa memoria... De ahí la
insistencia...del encuentro de los viejos y los jóvenes... Me decían
algunos Obispos de algunos países en crisis, donde hay una gran
desocupación de jóvenes, que parte de la solución de los jóvenes
está en que le dan de comer los abuelos, o sea, se vuelven a
encontrar con los abuelos, los abuelos tienen la pensión, entonces
salen de la casa de reposo, vuelven a la familia, pero además le
traen su memoria, ese encuentro. Este fenómeno del encuentro de los
chicos y los jóvenes con los abuelos ha conservado la fe en los
países del Este, durante toda la época comunista, porque los padres
no podían ir a la iglesia....Este encuentro de los chicos y los
jóvenes con los abuelos es clave para recibir la memoria de un
pueblo y el discernimiento en el presente. Ser maestros de
discernimiento, consejeros espirituales. Y aquí es importante para
la transmisión de la fe de los jóvenes el apostolado cuerpo a
cuerpo. El discernimiento en el presente no se puede hacer sin un
buen confesor o un buen director espiritual que se anime a aburrirse
horas y horas escuchando a los jóvenes”.
“Como
emergencia educativa, en esta transmisión de la fe y también de la
cultura, es el problema de la cultura del descarte. Hoy día, por la
economía que se ha implantado en el mundo, donde en el centro está
el dios dinero y no la persona humana, todo lo demás se ordena y lo
que no cabe en ese orden se descarta. Se descartan los chicos que
sobran, que molestan o que no conviene que vengan. Los obispos
españoles me decían recién la cantidad de abortos, del número, yo
me quedé helado...En algunos países de América Latina hay
eutanasia encubierta... porque las obras sociales pagan hasta acá,
nada más y los pobres viejitos como puedan”.
“Hoy
día, como molesta a este sistema económico mundial la cantidad de
jóvenes que hay que darles fuente de trabajo, … el porcentaje alto
de desocupación de los jóvenes. Estamos teniendo una generación de
jóvenes que no tienen la experiencia de la dignidad. No que no
comen, porque les dan de comer los abuelos, o la parroquia... El pan
lo comen, pero no la dignidad de ganarse el pan y llevarlo a casa”.
“Dentro
de la cultura del descarte, miramos a los jóvenes que nos necesitan
más que nunca...porque el joven que está sin trabajo tiene
anestesiada la utopía o está a punto de perderla. No sólo por eso,
sino por la urgencia de transmitir la fe a una juventud que hoy día
es material de descarte también. Y dentro de este item de material
de descarte, el avance de la droga sobre la juventud. No es solamente
un problema de vicio...Como todo cambio de época se dan fenómenos
raros entre los cuales está la proliferación de adicciones, la
ludopatía ha llegado a niveles sumamente altos, pero la droga es el
instrumento de muerte de los jóvenes”.
“Estamos
descartando nuestros jóvenes. El futuro, ¿cuál es? Una obligación.
La traditio fidei es también, traditio spei y la tenemos que dar. La
pregunta final que quisiera dejarles es: cuando la utopía cae en el
desencanto, ¿cuál es nuestro aporte? La utopía de un joven
entusiasta, hoy día está resbalando hacia el desencanto. Jóvenes
desencantados a los cuales hay que darles fe y esperanza”.
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