Ciudad
del Vaticano, 9 septiembre 2013
(VIS).-Se ha publicado hoy el mensaje enviado por el Santo Padre, a
través del Secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, a los
participantes en la Jornada de reflexión sobre la industria minera
mundial, organizada por el Pontificio Consejo Justicia y Paz. La
jornada se celebró el 7 de septiembre y contó con la presencia de
los representantes de las industrias mineras más importantes del
mundo, entre ellas la Anglo American, la China Minmetals
Corportation, Rio Tinto, Zamin Resources, etc... Junto a ellos,
diversos expertos de la Iglesia Católica en este sector, Caritas y
Oxfam America.
En
el texto el cardenal afirma que el encuentro reviste una gran
importancia, no solo por la presencia de numerosos líderes de
multinacionales, sino también porque es la primera vez que los
dirigentes de la industria minera se encuentran “cerca del Sucesor
de Pedro para reflexionar sobre la importancia de su responsabilidad
ante el ser humano y el ambiente” y añade que “no siempre sin
motivo la actividad de las industrias extractoras se ha visto como
una explotación injusta de los recursos naturales y de las
poblaciones locales, reducidas, a veces a la esclavitud y obligadas a
mudarse, abandonando sus lugares de origen... La actividad
extractora, como tantas otras actividades industriales, tiene
repercusiones ecológicas y sociales que pasan de una generación a
otra”.
“Los
participantes en este encuentro se dan cuenta de que, para no repetir
los graves errores del pasado, las decisiones hoy no deben tomarse
sólo teniendo en cuenta las perspectivas geológicas o los
beneficios económicos de los inversores y de los Estados.... es
indispensable e inevitable un proceso decisorio nuevo y más
consciente que tenga en consideración la complejidad de los
problemas en cuestión en un contexto de solidaridad. Ese contexto
requiere, ante todo, que se garanticen a los trabajadores los
derechos económicos y sociales en pleno respeto de las normas y las
directrices de la Organización Internacional del Trabajo. Del mismo
modo, es indispensable que las actividades extractoras respeten las
normas internacionales sobre la protección del ambiente. El gran
reto para los dirigentes de empresa es el de crear una armonía entre
los intereses de los inversores, los managers, de los trabajadores y
sus familias, del futuro de los hijos, de la defensa del ambiente, en
ámbito regional e internacional y que constituya, al mismo tiempo
una contribución a la paz mundial”.
El
purpurado concluye afirmando que las Iglesias locales “harán
ciertamente suya la solicitud del Pontificio Consejo colaborando con
los dirigentes de las empresas mineras, para ayudarles a desarrollar
un enfoque cada vez más completo de la cuestión”.
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