Ciudad
del Vaticano, 5 junio 2013
(VIS).-El Papa Francisco ha recibido esta mañana, poco después de
las 9, en el salón de la Domus Sanctae Marthae, a los participantes
en el encuentro de coordinación entre los organismos caritativos
católicos que actúan en el contexto de la crisis en Siria y en los
países vecinos promovido por el Pontificio Consejo Cor Unum cuyo
presidente es el cardenal Robert Sarah.
“Os
agradezco este encuentro y toda la actividad humanitaria que
realizáis en Siria y en los países vecinos, para ayudar a las
poblaciones que son víctimas del conflicto actual - ha dicho el
Papa- Personalmente he animado al Pontificio Consejo Cor Unum para
que promoviera esta reunión de coordinación de la actividad que
desarrollan en la región los organismos caritativos católicos.
Agradezco al cardenal Sarah sus palabras de saludo. Doy la bienvenida
de modo especial a los que vienen de Oriente Medio, en particular a
los que representan a la Iglesia en Siria”.
“Todos
conocen la preocupación de la Santa Sede por la crisis siria y de
modo concreto por la población, que con frecuencia sufre de manera
inerme las consecuencias del conflicto”, ha proseguido el Santo
Padre, recordando que Benedicto XVI pidió varias veces que
“callasen las armas y se encontrase una solución a través del
diálogo, para alcanzar una profunda reconciliación entre las
partes” y que en noviembre pasado, quiso expresar su cercanía
personal enviando a aquella zona al cardenal Sarah, al mismo tiempo
que acompañó ese gesto con la petición de “no ahorrar ningún
esfuerzo en la búsqueda de la paz”, y manifestando su concreta y
paterna solicitud con un don, al que contribuyeron también los
padres sinodales en octubre pasado”.
“De
modo personal - ha reiterado- también a mí me preocupa la suerte
de la población siria. El día de Pascua pedí la paz “sobre todo
para la amada Siria, para su población herida por el conflicto, y
para los numerosos prófugos que esperan una ayuda y un consuelo.
¡Cuánta sangre se ha derramado! ¿Y cuántos sufrimientos habrá
que soportar todavía antes de que se encuentre una solución
política a la crisis?”.
“Frente
a la continuación de la violencia y los atropellos renuevo con
fuerza mi llamamiento a la paz. En las últimas semanas la comunidad
internacional ha reafirmado su intención de promover iniciativas
concretas para poner en marcha un diálogo provechoso, con el fin de
acabar con la guerra. Son intentos que hay que apoyar y de los que se
espera el acercamiento de la paz. La Iglesia se siente llamada a dar
el testimonio humilde, pero concreto y eficaz, de la caridad que ha
aprendido de Cristo, Buen Samaritano. Sabemos que allí donde alguien
sufre, Cristo está presente. No podemos echarnos atrás,
especialmente ante las situaciones de mayor dolor. Vuestra presencia
en la reunión de coordinación manifiesta la voluntad de continuar
con fidelidad la maravillosa obra de asistencia humanitaria, en Siria
y en los países vecinos, que generosamente acogen a los que huyen de
la guerra. Que vuestra actividad sea puntual y coordinada, expresión
de la comunión que, como ha sugerido el reciente Sínodo sobre
Oriente Medio, es en sí misma testimonio. Pido a la Comunidad
internacional, junto a la búsqueda de una solución negociada del
conflicto, favorecer la ayuda humanitaria para los prófugos y
refugiados sirios, mirando en primer lugar el bien de la persona y la
tutela de su dignidad”.
Francisco
ha subrayado que para la Santa Sede la actividad de las Agencias de
caridad católicas es “extremadamente significativa: ayudar a la
población siria, más allá de las diferencias étnicas o
religiosas, es el modo más directo de contribuir a la pacificación
y edificación de una sociedad abierta a todos sus componentes.
También hacia esto tiende el esfuerzo de la Santa Sede: construir un
futuro de paz para Siria, en el que todos puedan vivir libremente y
expresarse según su peculiaridad”.
El
pensamiento del Papa se dirige también en este momento “a las
comunidades cristianas que viven en Siria y en todo el Oriente Medio.
La Iglesia sostiene a sus miembros que hoy pasan por un momento de
particular dificultad. Ellos tienen la gran tarea de seguir haciendo
presente el cristianismo en la región en que ha nacido. Y nuestro
compromiso consistirá en favorecer la permanencia de este
testimonio. La participación de toda la comunidad cristiana en esta
gran obra de asistencia y ayuda es actualmente un imperativo”
“Os
agradezco una vez más -ha concluido -esta iniciativa e invoco sobre
cada uno de vosotros la bendición divina. La extiendo de modo
particular a los queridos fieles que viven en Siria y a todos los
sirios que actualmente se ven obligados a dejar sus casas a causa de
la guerra. Que a través de vosotros, aquí presentes, el querido
pueblo de Siria y del Oriente Medio sepa que el Papa está cerca y
los acompaña. La Iglesia no los abandona”
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