Ciudad
del Vaticano, 26 de mayo 2013 (VIS).-”La realidad se entiende mejor
desde la periferia, no desde el centro”, ha dicho el Papa Francisco
a los miles de personas que le esperaban esta mañana en la
parroquia de Santa Isabel y San Zacarías en Valle Muricana, en el
barrio de Prima Porta, a las afueras de Roma. A su llegada, el Santo
Padre, a quien acompañaban el cardenal Agostino Vallini, vicario
para la diócesis de Roma y el obispo auxiliar Guerino Di Tora,.ha
saludado a las familias de los niños bautizados durante este año y
ha confesado a algunos fieles. También
acompañaban al Papa sus dos secretarios, uno de los cuales, monseñor
Alfred Xuereb, celebraba 29 años de sacerdocio; el pontífice lo ha
recordado y ha pedido un aplauso para él.
A
las 9,30 ha presidido la Santa Misa, después de escuchar las
palabras del párroco el párroco Benoni Ambarus y, en el curso de
la celebración eucarística ha dado la Primera Comunión a 16 niños
y a otros 28 que la habían recibido por primera vez en las semanas
pasadas.
En
su homilía, muy coloquial e intercalada de preguntas y respuestas a
los niños el Papa ha recordado la visita de María a su prima
Isabel, observando que la Virgen, apenas supo la noticia de que
también su prima estaba embarazada se fue, como dice el Evangelio “
a toda prisa” sin hacerse esperar, sin pensar que Isabel,
“probablemente tendría amigas que la ayudaban” “Es bonito
pensar ésto de la Virgen, de nuestra Madre, que va deprisa porque
quiere ayudar. Va a ayudar y no a decirle a su prima: "!Ahora yo
soy la que manda aquí porque soy la Madre de Dios!" No, no hace
eso; va a ayudar. Y la Virgen es siempre así. Es nuestra Madre,
que viene siempre deprisa cuando la necesitamos. Estaría bien añadir
a las Letanías de la Virgen una que dijese: “Señora que vas
deprisa, ruega por nosotros.... Porque ella va siempre deprisa, no se
olvida de sus hijos. Y cuando sus hijos tienen problemas y la invocan
ella va rápidamente. Y esto nos da una gran seguridad: la
seguridad de tener una mamá al lado, siempre a nuestro lado... La
Virgen que va siempre deprisa por nosotros”.
“La
Virgen también nos ayuda a comprender a Dios... a entender la vida
de Jesús”, ha proseguido el pontífice, empezando a dialogar con
los niños:
“Os
pregunto, a vosotros niños: ¿Quién sabe quién es Dios?".
Levantad la mano: ¡El Creador de la Tierra” Y ¿cuantos Dios
hay?” . Uno? Pero a mi me han dicho que hay tres: ¡El Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo!... Son tres en uno, tres personas en una.
Y ¿que hace el Padre? El Padre es el principio, el Padre, el que ha
creado todas las cosas, que nos creó a nosotros. ¿Qué hace el
Hijo? ... Nos ama ¿Y luego qué? ¡Trae la Palabra de Dios! Jesús
vino a enseñar la Palabra de Dios .. ¿Y que más ? ¿Qué hizo
Jesús en la tierra? Nos ha salvado. Vino a dar su vida por
nosotros. El Padre crea el mundo, Jesús nos salva. Y el Espíritu
Santo ¿que hace? ¡Nos ama!”.
“Ahora,
todos los niños juntos: El Padre crea a todos, crea el mundo, Jesús
nos salva, ¿y el Espíritu Santo? 'Nos ama! Y esta es la vida
cristiana: hablar con el Padre, hablar con el Hijo, y hablar con el
Espíritu Santo. Jesús nos ha salvado, pero camina con nosotros en
la vida..Y ¿que hace cuando camina con nosotros en la vida? Esta es
difícil. El que lo sepa gana el campeonato de fútbol... ¿Qué hace
Jesús cuando camina con nosotros? En primer lugar: Nos ayuda. Nos
guía ¡Muy bien! Camina con nosotros, nos ayuda, nos guía y nos
enseña a seguir adelante. Jesús también nos da la fuerza para
caminar.. Cuando es difícil, ¿verdad? Y también con los deberes
de la escuela!....Jesús nos da fuerza. ¿Sabéis cómo nos da
fuerza? ... En la Comunión nos da la fuerza, nos ayuda.. Pero cuando
decís: “Nos da la Comunión": Un pedazo de pan ¿nos da
tanta fuerza?... ¡Parece pan! En realidad no es pan. ¿Qué es?: Es
el cuerpo de Jesús. Jesús viene a nuestros corazones”.
“Vamos
a pensar todos en esto; todo el mundo: El Padre nos ha dado la vida,
Jesús nos dio la salvación, nos acompaña, nos guía, nos sostiene,
nos enseña, y ¿el Espíritu Santo? ¡Nos ama! Nos da el amor.
Pensamos en Dios y pidamos a Nuestra Señora, la Virgen María,
nuestra Madre, siempre deprisa para ayudarnos, que nos enseñe a
entender cómo es Dios: cómo es el Padre, cómo es el Hijo, y cómo
es el Espíritu Santo”.
Una vez concluida la Santa Misa, el
Papa saludó a los colaboradores parroquiales y regresó al Vaticano
para rezar el Ángelus.
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