Ciudad
del Vaticano, 9 marzo 2013
(VIS).- La chimenea de la Capilla Sixtina, por donde sale el humo
negro o el humo blanco, se ha montado hoy, en la mañana del sábado
9 de marzo, tres días antes del inicio del Cónclave. Pero no es la
única transformación que se está operando en la Cappella. Y
los cambios se están haciendo bajo la mirada atenta de cámaras y
focos de la Televisión Vaticana, imágenes que luego se distribuyen
en pool a todos los medios que lo deseen, en el mismo momento
y en las mismas condiciones, para su difusión por el mundo entero.
Todo
empezó el martes 5 de marzo, a las 13.00h, cuando los restauradores,
obreros, electricistas, mecánicos, carpinteros, costureras,
montadores, electrónicos, técnicos y trabajadores de distintas
ramas sustituyeron de golpe a los cientos de turistas que cada día
van de aquí para allá por la Capilla Sixtina. "La Cappella
está cerrada al público. La estamos acondicionando para el
Cónclave", responden los empleados de la entrada a los
visitantes que acuden a los Palacios Vaticanos y quieren terminar su
recorrido frente al Juicio Universal de Miguel Angel.
Los
periodistas sí que lo saben. En el briefing que el director de la
Sala de Prensa del Vaticano, el Padre Lombardi S.I, ofrece ahora
diariamente se visionan las imágenes de esta preparación: andamios,
largas hileras de tubos, tablones, nuevos pavimentos, paños diversos
y máquinas de coser,...
El
miércoles 6, por ejemplo, el Centro Televisivo Vaticano aportó las
imágenes editadas donde se veían a los obreros instalar una gran
plataforma para la chimenea, y un nuevo pavimento, sobre los mosaicos
originales, tanto para protegerlos como para, principalmente, nivelar
el suelo de la estancia, con el fin de facilitar a los cardenales el
tránsito.
Alrededor
del altar, se han montado 115 sillas, de madera de cerezo, cada una
de ellas con el nombre grabado del cardenal que la ocupará, y 12
mesas de madera cubiertas con paños de color beige y granate que
faciliten a los cardenales preparar la papeleta del voto. Votarán
frente al fresco de Miguel Angel situado en la pared del altar y
titulado el Juicio Universal.
La
chimenea instalada hoy será sometida a pruebas. Con humo de color
amarillo (ni blanco ni negro), para no caer en el error de poder
confundir a los viandantes de la Plaza de San Pedro, que ya son
muchos este fin de semana.
Pero
la chimenea no es nada sin las estufas. Éstas fueron instaladas
ayer. Son dos, las dos de hierro fundido: una de 1938, y la otra de
2005. En la primera están grabadas las fechas de los cinco Cónclaves
a los que han servido: desde el que eligió a Pío XII, hasta el
último, el de 2005, cuando el cardenal Ratzinger se convirtió en
Benedicto XVI.
En
la antigua se queman las papeletas de las votaciones; en la otra, en
la moderna, se "fabrica", con un dispositivo electrónico,
el humo negro o blanco que indica al mundo el resultado de las
votaciones hasta que se produzca la elección. Dos por la mañana y
dos por la tarde. Ahora las dos son el centro de la curiosidad
mediática; desde el próximo martes, lo serán de la atención de
miles de personas.
Y
allí, en la Sixtina, también estarán los llamados "mantenedores"
de la sala principal del Cónclave. Ellos también prestan juramento.
Ellos también saben que lo que vivan y pase esos días allí ha de
mantenerse con el debido sigilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario