Ciudad
del Vaticano, 20 febrero 2013
(VIS).-”Governance, bien común y transición democrática en
África” es el título de la carta pastoral elaborada por el
Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Magadascar
(SECAM)- el organismo que agrupa a todos los obispos católicos del
continente- presentada en Accra (Ghana) por el cardenal Polycarp
Pengo, arzobispo de Dar es Salaam (Tanzania) y presidente del SECAM.
La
carta pastoral, en la línea de la Exhortación apostólica
post-sinodal “Africae Munus” de Benedicto XVI, subraya que “la
Iglesia no puede permanecer indiferente y aislada ante los retos
socio-políticos y económicos de África” y recuerda que “el
bien común, el respeto de los derechos humanos y la promoción del
buen gobierno son elementos esenciales del mensaje evangélico”.
Recordando
la misión profética de la Iglesia el texto afirma que “la
justicia que los profetas exigen no es una justicia abstracta; está
hecha de actos muy prácticos y reales que aseguran la protección de
los débiles contra los abusos, que dan a los pobres aquello que
necesitan y que se preocupan por las personas socialmente
desfavorecidas. Se trata de dar a cada uno lo que Dios ha previsto
para ellos sin distinción alguna”.
El
documento aborda también la falta de trabajo en muchos países
africanos y observa que “el drama de la emigración, con un número
creciente de jóvenes que arriesgan su vida para dejar África,
refleja la profundidad del malestar de un continente que no consigue
dar condiciones favorables para el desarrollo de su hijos e hijas”.
También “la situación de las mujeres es fuente de inquietud. El
SECAM afirma que los hombres y las mujeres tienen la misma dignidad
en su humanidad ante Dios ya que ambos han sido creados a su imagen y
semejanza. Por eso, tenemos que vigilar para que todos tengan la
posibilidad de desempeñar su papel específico en la Iglesia y en la
sociedad en general”.
Por
lo que se refiere al buen gobierno de África, los obispos del SECAM
lanzan un llamamiento a los líderes políticos y a los gobernantes
africanos para que “hagan de la erradicación de la pobreza una
prioridad destinando los beneficios de la explotación de lo recursos
del subsuelo del continente, así como los de la tierra y los
bosques, al servicio del desarrollo de toda la nación y de sus
ciudadanos. Os rogamos que os comprometáis en la lucha contra la
corrupción. La corrupción es un cáncer que destruye nuestras
naciones”.
“La
Iglesia -dice la carta pastoral- se encuentra en el centro de todos
los esfuerzos para lograr un buen gobierno más eficaz. En numerosos
países durante el delicado período de transición democrática de
los años 90, la Iglesia ha jugado un papel de apoyo claramente
visible. Cinco de las Conferencias Nacionales Transitorias
organizadas en esa época estaban presididas por obispos católicos.
Esa intervención de la Iglesia ha contribuido, en algunos casos, a
asegurar procesos pacíficos de transición democrática, con gran
éxito, mediante consultas y diálogos. Numerosos cristianos en
situaciones inestables han contribuido al logro de la paz y la
reconciliación. La Iglesia debe hacer frente a sus responsabilidades
en el ámbito socio-político y debe involucrarse plenamente en la
transformación profunda de nuestra sociedad”.
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