Ciudad
del Vaticano, 18 enero 2013
(VIS).-Las conferencias episcopales de Francia y Alemania han
publicado una declaración conjunta con motivo del 50
aniversario del Tratado del Elíseo , firmado el 22 de enero de 1963
por el General Charles de Gaulle y el Canciller Konrad Adenauer que
selló la reconciliación entre las dos naciones enfrentadas durante
la Segunda Guerra Mundial. El 8 de julio de 1962, ambos Jefes de
Estado habían asistido a una misa de reconciliación en la catedral
francesa de Reims.
La
declaración hace hincapié en la amistad entre los pueblos y lanza
un llamamiento a la comprensión, pensando en la paz lograda a caro
precio, de cara al presente y al futuro de Europa.
“El
Tratado del Elíseo -dice el texto- era a la vez la cumbre de la
reconciliación de las dos naciones enemigas y el punto de partida
para la profundización de relaciones amistosas por medio de
contactos políticos y sociales a todos los niveles. Como obispos,
acogemos calurosamente todo cuanto se ha logrado en el marco del
Tratado de amistad. Hoy en día, la amistad franco-alemana parece
obvia y ni los políticos ni los ciudadanos tienen ya la sensación
de la naturaleza excepcional de estas relaciones. Y, sin embargo, la
amistad entre nuestros países y pueblos es ahora más importante que
nunca para superar la crisis actual y dar forma al futuro de Europa
(...)La crisis ha revelado comportamientos irresponsables en
diversos ámbitos y ha puesto a dura prueba la solidaridad entre los
países europeos. Solidaridad y responsabilidad deben estar más
estrechamente relacionados de cara al futuro de Europa”
Konrad
Adenauer y Charles de Gaulle en la misa de reconciliación en la
catedral de Reims, “simbolizan la toma de conciencia de que la
política se construye sobre bases que no puede edificar por sí
sola. El amor a los enemigos es una fuerte exigencia evangélica que
estos dos estadistas fueron capaces de actuar. Desde entonces, la UE
ha proporcionado a sus pueblos paz y prosperidad. Pero, con la crisis
económica, vemos reaparecer el desprecio y la desconfianza entre los
pueblos de Europa, el rechazo a los extranjeros, la ausencia de
solidaridad. La economía global y la mezcla cultural y religiosa
hacen nacer otros enemigos. En toda Europa, florecen los movimientos
populistas que predican el repliegue sobre uno mismo. La crisis
económica pone de manifiesto una crisis moral, donde del sentido de
la vida ya no forma parte la relación con el otro ni la exigencia
de justicia”.
Francia
y Alemania “pueden y deben recurrir a la historia de su
reconciliación y su amistad para enfrentarse con las consecuencias
de los problemas actuales. También pueden inspirarse en ella para
ayudar a la Unión Europea a establecer sólidas estructuras
políticas a largo plazo y una genuina economía social de mercado.
Deben actuar para que el respeto de la dignidad humana, el bien común
y los principios de solidaridad y subsidiariedad guíen siempre la
integración europea”.
El
50 aniversario del Tratado del Elíseo, brinda también a la
Iglesia,“la oportunidad de recordar, especialmente las
generaciones más jóvenes, que la reconciliación no es una palabra
vacía, sino un camino real”
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