Ciudad
del Vaticano, 13 abril 2012
(VIS).-Recientemente se ha presentado en los Estados Unidos el
informe anual correspondiente al 2011 sobre la actuación y el
desarrollo de la “Carta para la protección de los niños y los
jóvenes”, redactada por el episcopado en 2002 y que todas las
diócesis deben respetar. La Carta, en cuya base se encuentra la
línea de la “tolerancia cero”, contiene una serie de reglas a
las que atenerse; están previstos controles periódicos para
comprobar su eficacia y si son necesarias ulteriores mejoras.
Según
informa “L'Osservatore Romano”, los resultados obtenidos en 2011
demuestran el constante esfuerzo por asegurar la protección de niños
y jóvenes de abusos sexuales por parte de miembros del clero,
compromiso que constituye una prioridad para la Iglesia local. El
informe muestra que casi todas las archidiócesis, diócesis y
eparquías estadounidenses han respetado las reglas establecidas por
la Carta, que fue actualizada el año pasado con novedades como la
introducción del delito de pornografía infantil y la equiparación
del abuso de personas incapaces al abuso de menores.
La
relación anual recoge 683 nuevas denuncias de abusos realizadas por
personas adultas, y referidas a hechos sucedidos en su mayor parte
entre 1960 y 1984. Se han ofrecido programas de asistencia a estas
personas, y 453 de ellas han aceptado. Veintiún denuncias -el 3% del
total- provienen, en cambio, de menores. Algunas han sido juzgadas
atendibles por parte de las fuerzas del orden, tres se han demostrado
falsas y el resto aún está siendo investigado. En cuanto a los
acusados, 253 miembros del clero han fallecido ya, 58 han sido
reducidos al estado laical y a 281 se les han quitado los encargos
pastorales que les fueron confiados.
Los
obispos afirman que los resultados alcanzados no deben llevar a bajar
la guardia. En la presentación del informe 2011, el cardenal
arzobispo de Nueva York y presidente de la Conferencia de los Obispos
Católicos, Timothy Michael Dolan, subrayó que “aunque la mayoría
de los abusos se refiere al pasado, la Iglesia debe seguir vigilando.
Ha de continuar haciendo todo lo posible para que los abusos no se
repitan. Todos debemos trabajar para alcanzar una curación completa
y la reconciliación con las víctimas”. Para los obispos, afrontar
la cuestión de los abusos es “una prioridad común”. En una
intervención precedente, el cardenal Dolan aseguró que todo
sacerdote que sea reconocido como responsable de “tales delitos
intolerables” será eliminado de su ministerio de modo permanente.
El
informe recuerda también que, en todo el país, más de dos millones
de voluntarios han participado en cursos de formación en las
parroquias y las escuelas en relación con programas de protección.
Asimismo, 4,8 millones de niños han recibido ya nociones sobre cómo
reconocer y defenderse de los intentos de abuso, y todas las
archidiócesis, diócesis y eparquías que colaboran ofrecen
programas de prevención. El esfuerzo de la Iglesia en Estados Unidos
comprende también una serie de iniciativas que cada año culminan en
el Mes nacional de la Prevención de abusos a los Niños, que se
celebra en abril.
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