Ciudad
del Vaticano, 18 abril 2012
(VIS).-El Archivo Secreto Vaticano, en el que se custodian todas las
actas y documentos de la Santa Sede, celebra este año el IV
centenario de su fundación. Como parte de las iniciativas
emprendidas con este motivo, ayer se inauguró en el Vaticano el
congreso “Religiosa Archivorum Custodia”, durante el que se
estudiarán la historia del archivo, su importancia cultural y los
resultados de las investigaciones más recientes.
A
causa de una errónea interpretación de su nombre - “secreto” ha
de entenderse en su acepción latina de “privado”-, el archivo ha
estado siempre rodeado de un aura de misterio. Constituido
originariamente por manuscritos del pontificado de Gregorio VII
(1073-1085) que sobrevivieron al cisma de Avignon, el archivo actual
fue fundado por el Papa Pablo V hacia 1611. Según ha explicado mons.
Sergio Pagano, Prefecto del Archivo Secreto, en una entrevista de
Radio Vaticana, “se trata de siglos y siglos de registros de cartas
enviadas o recibidas por los papas, de documentos de la Cámara
Apostólica y de documentación diplomática de los nuncios, las
misiones diplomáticas, los concilios, los sínodos, etc. Al
principio, el archivo cabía en 400 metros lineales. Hoy alcanza 85
kilómetros lineales”.
En
1881, el Papa León XIII abrió el archivo a los estudiosos para que
pudieran consultarlo libremente. Según el historiador alemán Arnold
Esch, “es el mayor archivo del mundo, al menos por lo que se
refiere al Medievo; pero, sobre todo, es un archivo con un material
universal”.
A
pesar de los esfuerzos de los expertos, buena parte del Archivo
Secreto permanece aún inexplorada; se trata, principalmente, del
enorme material procedente de las nunciaturas, y del periodo de la II
Guerra Mundial.
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