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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 16 de abril de 2012

EL DIRECTOR DE LA OFICINA DE PRENSA HABLA SOBRE EL CASO ORLANDI



Ciudad del Vaticano, 14 abril 2012 (VIS).-El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, S.I., ha hecho pública esta mañana una nota sobre las noticias relacionadas con el Vaticano y el caso Orlandi, aparecidas recientemente en los periódicos italianos. Como se recordará, Emanuela Orlandi, hija de un empleado del Vaticano y ciudadana vaticana, desapareció misteriosamente el 22 de junio de 1983, a la edad de 15 años. A lo largo de los últimos treinta años, su desaparición ha dado lugar a numerosas especulaciones, desde la intervención de los servicios secretos, a la implicación de Ali Agca, el ciudadano turco que atentó contra Juan Pablo II; a la participación de grupos ligados a la delincuencia romana. En 2008, un programa de la televisión italiana difundió una llamada de teléfono en que se ligaba el lugar de la sepultura del jefe de uno de estos grupos con el de Emmanuela Orlandi.

Ofrecemos a continuación extractos de la nota del director de la Oficina de Prensa:

Ante todo, es justo recordar que el Papa Juan Pablo II estuvo particularmente afectado por el trágico secuestro, tanto que intervino públicamente ocho veces en menos de un año con llamamientos por la liberación de Emanuela y visitó personalmente a la familia. (…) A este compromiso personal del Papa es natural que correspondiese el compromiso de sus colaboradores. (...) El cardenal Agostino Casaroli, Secretario de Estado y primer colaborador del Papa, siguió personalmente el asunto, hasta el punto de que, como es sabido, se puso a disposición para contactar con los secuestradores a través de una línea telefónica especial”.

Como ha atestiguado el cardenal Re (…), entonces Asesor de la Secretaría de Estado y hoy testigo principal de aquel tiempo, tanto la Secretaría como la Gobernación se esforzaron en hacer todo lo posible para afrontar la dolorosa situación mediante la necesaria colaboración con las autoridades italianas, a quienes correspondía la responsabilidad de las investigaciones, habiendo ocurrido el secuestro en Italia. (…) La plena disponibilidad a la colaboración por parte de los responsables vaticanos de aquel tiempo resulta comprobada por hechos. (…) Todas las cartas e informaciones llegadas al Vaticano fueron prontamente enviadas al fiscal, Dott. Sica, y al Inspectorado de Seguridad Pública del Vaticano, y es de suponer que estarán custodiadas en las oficinas judiciales italianas competentes”.

También en la segunda fase de la investigación, años después, las tres solicitudes dirigidas a las autoridades vaticanas por los investigadores italianos (…) encontraron respuesta”. A petición de los jueces italianos, numerosas personas fueron interrogadas en el Vaticano, y sus declaraciones fueron enviadas a dichas autoridades. “Los relativos dossieres existen todavía, y siguen a disposición de los investigadores. Hay que destacar que en la época del secuestro de Emanuela, las autoridades vaticanas concedieron a los investigadores italianos y al SISDE (servicios secretos italianos) la autorización para controlar el teléfono vaticano de la familia Orlandi y para entrar libremente en el Vaticano para ir a casa de los Orlandi, sin ninguna mediación de funcionarios vaticanos. (…) Carece por tanto de fundamento acusar al Vaticano de haber rechazado colaborar con las autoridades italianas que dirigían las investigaciones”. (…)

La cuestión de fondo es que, desgraciadamente, en el Vaticano no se halló ningún elemento concreto útil (...) para proporcionarlo a los investigadores. En aquella época, las autoridades vaticanas -teniendo en cuenta los mensajes recibidos, en que se hacía referencia a Ali Agca; en un período que coincidió prácticamente con la investigación sobre el atentado contra el Papa- compartieron la opinión dominante de que el secuestro era utilizado por una oscura organización criminal para enviar mensajes o presionar acerca de la detención y el interrogatorio del agresor del Papa”.

No hubo motivo alguno para pensar en otros posibles motivos del secuestro. La atribución del conocimiento de secretos relativos al secuestro a personas pertenecientes a las instituciones vaticanas, sin mencionar ningún nombre, no corresponde, por tanto, a ninguna información fiable o fundada. A veces, parece casi una justificación para hacer frente a la angustia y la frustración por no haber conseguido encontrar la verdad”.

En conclusión, (…) no resulta que se haya ocultado nada, o que en el Vaticano haya 'secretos' sobre ese tema. Seguir afirmándolo es completamente injustificado”. (...)

En fin, ya que la ubicación de la tumba de Enrico De Pedis en la basílica de San Apolinar ha sido y sigue siendo motivo de interrogantes y discusiones -incluso al margen de su eventual relación con la historia del secuestro Orlandi-, se reitera que, por parte eclesiástica, no hay ningún obstáculo para que se inspeccione la tumba y el cuerpo se entierre en otro lugar, para que se restablezca la serenidad que corresponde a un entorno sagrado”.

Por último, quisiéramos inspirarnos en la intensa participación personal de Juan Pablo II en el trágico caso de esta joven y en el sufrimiento de su familia (...). Un sufrimiento que se reaviva cada vez que surge una pista nueva para explicarlo (…). Desgraciadamente cada año desaparecen en Italia muchas personas de las que no se vuelve a saber nada a pesar de las investigaciones; sin embargo, el caso de esta joven e inocente ciudadana vaticana retorna siempre al centro de la atención. Que ésta no sea una razón para descargar sobre el Vaticano culpas que no tiene, sino más bien una oportunidad para darse cuenta de la realidad, terrible y a menudo olvidada, que constituye la desaparición de las personas – especialmente de las más jóvenes –, y de oponerse, por parte de todos y con todas las fuerzas, a cualquier actividad criminal que la origine”.


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