Ciudad
del Vaticano, 23 de marzo de 2012 (VIS).-Benedicto XVI ha comenzado
hoy su XXIII viaje apostólico cuyas metas son México y la república
de Cuba. El Papa partió esta mañana a las 9,30 del aeropuerto
romano de Fiumicino y, tras 14 horas de vuelo, aterrizará esta tarde
a las 16,30 hora local (23,30, hora italiana) en León, capital del
estado mexicano de Guanajuato, la cuarta ciudad más importante del
país y centro geográfico del mismo.
El
Santo Padre permanecerá en México hasta el 26 de marzo. Durante su
estancia residirá en el Colegio Santísima Virgen de Miraflores
-cuyo nombre recuerda el del monasterio de los Cartujos en Burgos
(España)- , un complejo escolar administrado por las Hermanas
Siervas de la Santísima Eucaristía y de la Madre de Dios. En las
tres jornadas mexicanas Benedicto XVI se entrevistará, mañana
sábado, con el presidente federal Felipe de Jesús Calderón
Hinojosa en Guanajuato y por la tarde encontrará a los niños en la
Plaza de la Paz de esa misma localidad. El domingo a las 10,00 (hora
local) presidirá la Santa Misa en el Parque del Bicentenario de León
y a las 18,00 celebrará las vísperas con los obispos de México y
América Latina en la catedral de la Madre Santísima de la Luz en
León. El lunes, 26 de marzo, volará a Cuba.
El
director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico
Lombardi S.I., explicaba en su editorial “Octava dies” que los
motivos del viaje del Papa a México y Cuba, son varios: el
bicentenario de la independencia de los pueblos latinoamericanos, el
gran deseo de los mexicanos de recibir al Papa, el vigésimo
aniversario de las relaciones diplomáticas entre México y la Santa
Sede; la celebración del hallazgo, hace cuatrocientos años, de la
imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, y el
consiguiente año jubilar.
Pero,
advierte Lombardi “se puede indicar, sin embargo, un carácter
específico de este viaje en el corazón del continente americano.
Ciertamente será un viaje de esperanza. Por la esperanza de los
mexicanos, un pueblo de recursos y posibilidades inmensas, pero
atravesado en estos momentos por problemas muy graves que pesan sobre
su presente y su futuro, empezando por la violencia”.
El
director de la Oficina de Prensa recuerda también la esperanza de
los cubanos que “se sienten en los umbrales de una posible nueva
época , en la cual las palabras proféticas de Juan Pablo II sobre
la apertura recíproca de Cuba y del mundo, se cumplan en un clima de
desarrollo, de libertad y reconciliación”.
Por
último, la esperanza de América Latina donde “una Iglesia
comprometida en la 'misión continental' inaugurada con la asamblea
de Aparecida, quiere seguir dando su aportación inspiradora al
camino del continente para que los valores humanos y cristianos
aseguren un desarrollo integral de la persona, a pesar de las
dificultades y peligros de nuestro tiempo”.
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