CIUDAD DEL VATICANO, 12 JUN 2011 (VIS).-Terminada la celebración eucarística en la basílica vaticana por la solemnidad de Pentecostés, el Santo Padre se asomó a la ventana de su estudio para rezar el Regina Coeli con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
“El misterio pascual -la pasión, muerte y resurrección de Cristo y su ascensión al cielo- dijo el Papa- llega al culmen con la potente efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles reunidos con María (...) y los otros discípulos”, que “fue el bautismo de la Iglesia”.
“La voz de Dios diviniza el lenguaje humano de los apóstoles, que pueden proclamar de forma polifónica el único Verbo divino. El soplo del Espíritu Santo llena el universo, genera la fe, empuja a la verdad, predispone la unidad entre los pueblos”, explicó el pontífice y recordó que el beato Antonio Rosmini escribía que “el día de Pentecostés Dios promulgó (...) su ley de caridad escribiéndola por medio del Espíritu Santo no en tablas de piedras sino en el corazón de los apóstoles y por medio de ellos, comunicándola después a toda la Iglesia”.
El Espíritu Santo que es “Señor y dador de vida (...) tiene el poder de santificar, abolir las divisiones, disipar la confusión debida al pecado. (...) Suministra los bienes divinos, sostiene a los seres vivientes para que actúen conforme al bien. Como Luz inteligible da significado a la oración, vigor a la misión evangelizadora, (...) inspira el arte cristiana y la melodía litúrgica. Crea en nosotros la fe en el momento del Bautismo y nos permite vivir como hijos de Dios conscientes y responsables, según la imagen del Hijo Unigénito”, concluyó Benedicto XVI.
Después del Regina Coeli el Papa recordó que mañana en Dresde (Alemania) se proclamará beato al sacerdote y mártir Alois Andritzki, asesinado por los nacionalsocialistas en 1943. Fue “un testigo heroico de la fe que se suma al número de aquellos que dieron la vida en nombre de Cristo en los campos de concentración. Quisiera confiar a su intercesión, hoy que es Pentecostés, la causa de la paz en el mundo. ¡Que el Espíritu Santo inspire valientes propósitos de paz y sostenga el compromiso de cumplirlos para que el diálogo prevalezca sobre las armas y el respeto de la dignidad del ser humano prevalezca sobre los intereses de parte! El Espíritu Santo, que es vínculo de comunión, enderece los corazones desviados por el egoísmo y ayude a la familia humana a redescubrir y custodiar su unidad fundamental”.
Benedicto XVI habló también de que el 14 de junio se celebra la Jornada Mundial de Donantes de Sangre, “millones de personas que contribuyen, de forma silenciosa, a ayudar a los enfermos en dificultad. Saludo a todos cordialmente e invito a los jóvenes a seguir su ejemplo”.
Por último, el Papa saludó “a los periodistas y relatores reunidos en Pistoia (Italia) en el Foro de la Información Católica para la Salvaguardia de la Creación, organizado por la asociación Greenaccord y dedicado al tema: “El espacio común del ser humano en la creación”. Animo -concluyó el pontífice- a los periodistas comprometidos en la tutela del ambiente”.
ANG/ VIS 20110613 (530)
“El misterio pascual -la pasión, muerte y resurrección de Cristo y su ascensión al cielo- dijo el Papa- llega al culmen con la potente efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles reunidos con María (...) y los otros discípulos”, que “fue el bautismo de la Iglesia”.
“La voz de Dios diviniza el lenguaje humano de los apóstoles, que pueden proclamar de forma polifónica el único Verbo divino. El soplo del Espíritu Santo llena el universo, genera la fe, empuja a la verdad, predispone la unidad entre los pueblos”, explicó el pontífice y recordó que el beato Antonio Rosmini escribía que “el día de Pentecostés Dios promulgó (...) su ley de caridad escribiéndola por medio del Espíritu Santo no en tablas de piedras sino en el corazón de los apóstoles y por medio de ellos, comunicándola después a toda la Iglesia”.
El Espíritu Santo que es “Señor y dador de vida (...) tiene el poder de santificar, abolir las divisiones, disipar la confusión debida al pecado. (...) Suministra los bienes divinos, sostiene a los seres vivientes para que actúen conforme al bien. Como Luz inteligible da significado a la oración, vigor a la misión evangelizadora, (...) inspira el arte cristiana y la melodía litúrgica. Crea en nosotros la fe en el momento del Bautismo y nos permite vivir como hijos de Dios conscientes y responsables, según la imagen del Hijo Unigénito”, concluyó Benedicto XVI.
Después del Regina Coeli el Papa recordó que mañana en Dresde (Alemania) se proclamará beato al sacerdote y mártir Alois Andritzki, asesinado por los nacionalsocialistas en 1943. Fue “un testigo heroico de la fe que se suma al número de aquellos que dieron la vida en nombre de Cristo en los campos de concentración. Quisiera confiar a su intercesión, hoy que es Pentecostés, la causa de la paz en el mundo. ¡Que el Espíritu Santo inspire valientes propósitos de paz y sostenga el compromiso de cumplirlos para que el diálogo prevalezca sobre las armas y el respeto de la dignidad del ser humano prevalezca sobre los intereses de parte! El Espíritu Santo, que es vínculo de comunión, enderece los corazones desviados por el egoísmo y ayude a la familia humana a redescubrir y custodiar su unidad fundamental”.
Benedicto XVI habló también de que el 14 de junio se celebra la Jornada Mundial de Donantes de Sangre, “millones de personas que contribuyen, de forma silenciosa, a ayudar a los enfermos en dificultad. Saludo a todos cordialmente e invito a los jóvenes a seguir su ejemplo”.
Por último, el Papa saludó “a los periodistas y relatores reunidos en Pistoia (Italia) en el Foro de la Información Católica para la Salvaguardia de la Creación, organizado por la asociación Greenaccord y dedicado al tema: “El espacio común del ser humano en la creación”. Animo -concluyó el pontífice- a los periodistas comprometidos en la tutela del ambiente”.
ANG/ VIS 20110613 (530)
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