CIUDAD DEL VATICANO, 4 JUN 2011 (VIS).-El Santo Padre partió a las 9,30 del aeropuerto romano de Fiumicino y tras una hora y media de vuelo aterrizó en el aeropuerto internacional “Pleso” de Zagreb, comenzando así su decimonoveno viaje apostólico internacional y el primero a Croacia.
El Papa fue acogido por el presidente de la República de Croacia, Ivo Josipovic, el arzobispo de Zagreb, el cardenal Josip Bozanic y el presidente de la Conferencia Episcopal Croata, el arzobispo Marin Srakic.
Tras el saludo del presidente Josipovic, Benedicto XVI recordó en su discurso las tres visitas pastorales a Croacia del beato Juan Pablo II, y agradeció al Señor “la larga historia de fidelidad que vincula vuestro país a la Santa Sede. Podemos contar –dijo- más de trece siglos de especiales y estrechos lazos, tejidos y consolidados en circunstancias a veces difíciles y dolorosas. Esta historia es un testimonio elocuente del amor de vuestro pueblo por el Evangelio y por la Iglesia”.
“Desde los orígenes -continuó-, vuestra nación pertenece a Europa y a ella ofrece, en particular, la contribución de valores espirituales y morales que han plasmado durante siglos la vida cotidiana y la identidad personal y nacional de sus hijos. Los retos que derivan de la cultura contemporánea, caracterizada por la diferenciación social, la escasa estabilidad, y marcada por un individualismo que favorece una visión de la vida sin obligaciones y la búsqueda continua de “espacios privados”, requieren un testimonio convencido y un dinamismo emprendedor en la promoción de los valores morales fundamentales, que están a la base de la vida social y de la identidad del Viejo Continente”.
El Papa subrayó que “a veinte años de la proclamación de la independencia y en vísperas de la plena integración de Croacia en la Unión Europea, la historia pasada y reciente del país constituye un motivo de reflexión para todos los otros pueblos del Continente, ayudando a cada uno de ellos, y a todo el conjunto, a conservar y a fortalecer el inestimable patrimonio común de valores humanos y cristianos. Que esta amada Nación, orgullosa de su rica tradición, contribuya así a que la Unión Europea aprecie plenamente dicha riqueza espiritual y cultural”.
Tras recordar que venía a celebrar la I Jornada Nacional de las familias católicas croatas, bajo el lema: “Juntos en Cristo”, el Santo Padre pidió que “esta importante iniciativa sea una ocasión para volver a proponer los valores de la vida familiar y del bien común, para fortalecer la unidad, reavivar la esperanza y guiar a la comunión con Dios, fundamento de fraternidad y solidaridad social”.
Después de la ceremonia de bienvenida, Benedicto XVI se trasladó al palacio presidencial para realizar una visista de cortesía al presidente Josipovic.
A las 13,00, el Papa se dirigió a la nunciatura apostólica de Zagreb, donde recibió en audiencia a la presidenta del gobierno, Jadranka Kosor. Terminado el encuentro, el Santo Padre almorzó con los miembros del séquito.
PV-CROACIA/ VIS 20110606 (500)
El Papa fue acogido por el presidente de la República de Croacia, Ivo Josipovic, el arzobispo de Zagreb, el cardenal Josip Bozanic y el presidente de la Conferencia Episcopal Croata, el arzobispo Marin Srakic.
Tras el saludo del presidente Josipovic, Benedicto XVI recordó en su discurso las tres visitas pastorales a Croacia del beato Juan Pablo II, y agradeció al Señor “la larga historia de fidelidad que vincula vuestro país a la Santa Sede. Podemos contar –dijo- más de trece siglos de especiales y estrechos lazos, tejidos y consolidados en circunstancias a veces difíciles y dolorosas. Esta historia es un testimonio elocuente del amor de vuestro pueblo por el Evangelio y por la Iglesia”.
“Desde los orígenes -continuó-, vuestra nación pertenece a Europa y a ella ofrece, en particular, la contribución de valores espirituales y morales que han plasmado durante siglos la vida cotidiana y la identidad personal y nacional de sus hijos. Los retos que derivan de la cultura contemporánea, caracterizada por la diferenciación social, la escasa estabilidad, y marcada por un individualismo que favorece una visión de la vida sin obligaciones y la búsqueda continua de “espacios privados”, requieren un testimonio convencido y un dinamismo emprendedor en la promoción de los valores morales fundamentales, que están a la base de la vida social y de la identidad del Viejo Continente”.
El Papa subrayó que “a veinte años de la proclamación de la independencia y en vísperas de la plena integración de Croacia en la Unión Europea, la historia pasada y reciente del país constituye un motivo de reflexión para todos los otros pueblos del Continente, ayudando a cada uno de ellos, y a todo el conjunto, a conservar y a fortalecer el inestimable patrimonio común de valores humanos y cristianos. Que esta amada Nación, orgullosa de su rica tradición, contribuya así a que la Unión Europea aprecie plenamente dicha riqueza espiritual y cultural”.
Tras recordar que venía a celebrar la I Jornada Nacional de las familias católicas croatas, bajo el lema: “Juntos en Cristo”, el Santo Padre pidió que “esta importante iniciativa sea una ocasión para volver a proponer los valores de la vida familiar y del bien común, para fortalecer la unidad, reavivar la esperanza y guiar a la comunión con Dios, fundamento de fraternidad y solidaridad social”.
Después de la ceremonia de bienvenida, Benedicto XVI se trasladó al palacio presidencial para realizar una visista de cortesía al presidente Josipovic.
A las 13,00, el Papa se dirigió a la nunciatura apostólica de Zagreb, donde recibió en audiencia a la presidenta del gobierno, Jadranka Kosor. Terminado el encuentro, el Santo Padre almorzó con los miembros del séquito.
PV-CROACIA/ VIS 20110606 (500)
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