CIUDAD DEL VATICANO, 11 NOV 2010 (VIS).-El Santo Padre ha escrito una carta al cardenal Raffaele Farina, S.D.B., archivero y Bibliotecario de la Santa Iglesia Romana, con motivo de la reapertura de la Biblioteca Apostólica Vaticana y de la inauguración de la exposición “Conocer la Biblioteca Vaticana: una historia abierta al futuro”.
“Lugar eminente de la memoria histórica de la Iglesia universal, donde se custodian testimonios venerables de la tradición manuscrita de la Biblia, la Biblioteca Vaticana -escribe el Papa- tiene otro motivo para ser objeto de los cuidados y del interés de los Papas. Conserva desde sus orígenes la inconfundible apertura realmente católica, universal, a todo lo que de bello y bueno (...) ha producido la humanidad en el curso de los siglos”.
“Nada de lo que es realmente humano es extraño a la Iglesia, que por eso siempre ha buscado, recogido y conservado, con una continuidad que tiene pocos parangones, los resultados mejores de los esfuerzos humanos para elevarse sobre la pura materialidad de la investigación, consciente o inconsciente, de la Verdad”.
“La Biblioteca Vaticana no es, por lo tanto, una biblioteca teológica o prevalentemente de carácter religioso; fiel a sus orígenes humanistas, está por vocación abierta a lo humano y así sirve a la cultura. (...) También con el funcionamiento de esta institución suya, la Iglesia se repropone hoy, como hace cinco siglos, servir a todos los seres humanos, insertando ese ministerio en el marco más amplio del ministerio que es esencial para hacerla Iglesia: Iglesia como comunidad que evangeliza y salva”.
MESS/ VIS 20101111 (270)
“Lugar eminente de la memoria histórica de la Iglesia universal, donde se custodian testimonios venerables de la tradición manuscrita de la Biblia, la Biblioteca Vaticana -escribe el Papa- tiene otro motivo para ser objeto de los cuidados y del interés de los Papas. Conserva desde sus orígenes la inconfundible apertura realmente católica, universal, a todo lo que de bello y bueno (...) ha producido la humanidad en el curso de los siglos”.
“Nada de lo que es realmente humano es extraño a la Iglesia, que por eso siempre ha buscado, recogido y conservado, con una continuidad que tiene pocos parangones, los resultados mejores de los esfuerzos humanos para elevarse sobre la pura materialidad de la investigación, consciente o inconsciente, de la Verdad”.
“La Biblioteca Vaticana no es, por lo tanto, una biblioteca teológica o prevalentemente de carácter religioso; fiel a sus orígenes humanistas, está por vocación abierta a lo humano y así sirve a la cultura. (...) También con el funcionamiento de esta institución suya, la Iglesia se repropone hoy, como hace cinco siglos, servir a todos los seres humanos, insertando ese ministerio en el marco más amplio del ministerio que es esencial para hacerla Iglesia: Iglesia como comunidad que evangeliza y salva”.
MESS/ VIS 20101111 (270)
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