CIUDAD DEL VATICANO, 5 ABR 2010 (VIS).-Benedicto XVI, que desde ayer por la tarde se encuentra en la residencia pontificia de Castelgandolfo, salió hoy a mediodía al balcón del patio central del palacio apostólico de esa localidad para rezar el Regina Coeli con los fieles allí reunidos. La oración fue televisada en directo para los peregrinos que se encontraban en la Plaza de San Pedro.
"En la luz de Pascua -dijo- renuevo mi más cordial deseo de paz y alegría. Como sabéis, el lunes después del domingo de Resurrección se llama tradicionalmente "Lunes del Ángel". Es muy interesante profundizar esa referencia al ángel. Naturalmente pensamos de inmediato en los relatos evangélicos de la resurrección de Jesús, donde aparece la figura de un mensajero del Señor".
"Pero el ángel de la resurrección tiene también otro significado -prosiguió el pontífice-. Hay que recordar que el término "ángel", además de designar a los ángeles, criaturas espirituales dotadas de inteligencia y voluntad, servidores y mensajeros de Dios, es también uno de los títulos más antiguos atribuidos a Jesús", por diversos escritores cristianos, como Tertuliano.
"Jesucristo, el Hijo de Dios, es también llamado el Ángel de Dios Padre", explicó el Papa. "Es el Mensajero por excelencia de su amor. Pensemos lo que el Resucitado dijo a los apóstoles: "Como el Padre me envió a mí, así yo os envío a vosotros", y les comunicó su Santo Espíritu".
"Eso significa que, como Jesús fue anunciador del amor de Dios Padre, también nosotros debemos serlo de la caridad de Cristo: seamos mensajeros de su resurrección, de su victoria sobre el mal y la muerte, portadores de su amor divino. Ciertamente seguimos siendo, por nuestra naturaleza, hombres y mujeres, pero hemos recibido la misión de "ángeles" mensajeros de Cristo: se nos da a todos en el Bautismo y en la Confirmación. De modo especial, a través del sacramento del Orden, la reciben los sacerdotes, ministros de Cristo: me agrada subrayarlo en este Año Sacerdotal", finalizó el pontífice.
ANG/ANGELES/... VIS 20100407 (340)
"En la luz de Pascua -dijo- renuevo mi más cordial deseo de paz y alegría. Como sabéis, el lunes después del domingo de Resurrección se llama tradicionalmente "Lunes del Ángel". Es muy interesante profundizar esa referencia al ángel. Naturalmente pensamos de inmediato en los relatos evangélicos de la resurrección de Jesús, donde aparece la figura de un mensajero del Señor".
"Pero el ángel de la resurrección tiene también otro significado -prosiguió el pontífice-. Hay que recordar que el término "ángel", además de designar a los ángeles, criaturas espirituales dotadas de inteligencia y voluntad, servidores y mensajeros de Dios, es también uno de los títulos más antiguos atribuidos a Jesús", por diversos escritores cristianos, como Tertuliano.
"Jesucristo, el Hijo de Dios, es también llamado el Ángel de Dios Padre", explicó el Papa. "Es el Mensajero por excelencia de su amor. Pensemos lo que el Resucitado dijo a los apóstoles: "Como el Padre me envió a mí, así yo os envío a vosotros", y les comunicó su Santo Espíritu".
"Eso significa que, como Jesús fue anunciador del amor de Dios Padre, también nosotros debemos serlo de la caridad de Cristo: seamos mensajeros de su resurrección, de su victoria sobre el mal y la muerte, portadores de su amor divino. Ciertamente seguimos siendo, por nuestra naturaleza, hombres y mujeres, pero hemos recibido la misión de "ángeles" mensajeros de Cristo: se nos da a todos en el Bautismo y en la Confirmación. De modo especial, a través del sacramento del Orden, la reciben los sacerdotes, ministros de Cristo: me agrada subrayarlo en este Año Sacerdotal", finalizó el pontífice.
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