CIUDAD DEL VATICANO, 27 ABR 2004 (VIS).-El Santo Padre recibió esta mañana a los oficiales de la Congregación para la Educación Católica con motivo del XXV aniversario de la Constitución Apostólica "Sapientia christiana" -firmada por él casi al inicio del pontificado-, que concierne al ejercicio del "munus docendi" de la Iglesia.
Juan Pablo II recordó la "vocación digna de las universidades y facultades eclesiásticas: hacer todo lo posible para unir el mundo de la ciencia y de la cultura a la verdad de la fe, para hacer descubrir el orden salvífico del plan divino en la realidad de este mundo".
Tras manifestar su alegría por la atención prestada en estos últimos años "a la bioética, a los estudios islámicos, a la movilidad humana", el Papa alentó las iniciativas para "profundizar en los lazos existentes entre la Revelación divina y las áreas siempre nuevas del saber en la realidad actual".
El Santo Padre se refirió a la misión de las universidades y facultades eclesiásticas de cultivar el interés por los temas relacionados con "la tutela de la dignidad personal, la defensa de los débiles y de los marginados, el respeto de la naturaleza, el rechazo de la violencia, la solidaridad mundial".
"Las instituciones culturales eclesiásticas -continuó- deben acoger, estudiar, aplicar y desarrollar las consecuencias" de las enseñanzas propuestas en las diversas encíclicas que tiene que ver con las relaciones entre fe y razón ("Fides et Ratio"), bien y verdad ("Veritatis splendor"), fe y cultura ("Redemptoris missio"), leyes civiles y ley moral ("Evangelium vitae"), Occidente y Oriente ("Slavorum apostoli") y Norte y Sur ("Centesimus annus").
El Papa señaló que "son bien conocidas las actuales insidias del individualismo, del pragmatismo, del racionalismo, que se extienden hasta en los ambientes que tienen la tarea de formar. (…) Los profesores no deben olvidar que la enseñanza es inseparable del empeño por profundizar en la verdad, en particular, en la verdad revelada. Por eso, no deben separar el rigor de su actividad universitaria de la apertura humilde y disponible a la Palabra de Dios. Escrita o transmitida, recordando siempre -concluyó- que la interpretación auténtica de la Revelación ha sido encomendada 'solo al Magisterio vivo de la Iglesia', que ejerce esta misión en el nombre de Jesucristo".
AC/SAPIENTIA CHRISTIANA/… VIS 20040427 (380)
Juan Pablo II recordó la "vocación digna de las universidades y facultades eclesiásticas: hacer todo lo posible para unir el mundo de la ciencia y de la cultura a la verdad de la fe, para hacer descubrir el orden salvífico del plan divino en la realidad de este mundo".
Tras manifestar su alegría por la atención prestada en estos últimos años "a la bioética, a los estudios islámicos, a la movilidad humana", el Papa alentó las iniciativas para "profundizar en los lazos existentes entre la Revelación divina y las áreas siempre nuevas del saber en la realidad actual".
El Santo Padre se refirió a la misión de las universidades y facultades eclesiásticas de cultivar el interés por los temas relacionados con "la tutela de la dignidad personal, la defensa de los débiles y de los marginados, el respeto de la naturaleza, el rechazo de la violencia, la solidaridad mundial".
"Las instituciones culturales eclesiásticas -continuó- deben acoger, estudiar, aplicar y desarrollar las consecuencias" de las enseñanzas propuestas en las diversas encíclicas que tiene que ver con las relaciones entre fe y razón ("Fides et Ratio"), bien y verdad ("Veritatis splendor"), fe y cultura ("Redemptoris missio"), leyes civiles y ley moral ("Evangelium vitae"), Occidente y Oriente ("Slavorum apostoli") y Norte y Sur ("Centesimus annus").
El Papa señaló que "son bien conocidas las actuales insidias del individualismo, del pragmatismo, del racionalismo, que se extienden hasta en los ambientes que tienen la tarea de formar. (…) Los profesores no deben olvidar que la enseñanza es inseparable del empeño por profundizar en la verdad, en particular, en la verdad revelada. Por eso, no deben separar el rigor de su actividad universitaria de la apertura humilde y disponible a la Palabra de Dios. Escrita o transmitida, recordando siempre -concluyó- que la interpretación auténtica de la Revelación ha sido encomendada 'solo al Magisterio vivo de la Iglesia', que ejerce esta misión en el nombre de Jesucristo".
AC/SAPIENTIA CHRISTIANA/… VIS 20040427 (380)
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