EL PAPA IRA EN PEREGRINACION AL SANTUARIO MARIANO DE POMPEYA

CIUDAD DEL VATICANO, 26 MAR 2003 (VIS) - Tras la catequesis de la audiencia general de hoy, Juan Pablo II saludó en diversas lenguas a los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, pidiéndoles que rezaran por la paz del mundo, sobre todo en Irak. También anunció que el 7 de octubre iría en peregrinación al santuario de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya (Italia).

"Queridos amigos -dijo el Papa a los peregrinos italianos- ayer celebramos la solemnidad de la Anunciación, el primero de los misterios gozosos que recuerda la encarnación del Hijo de Dios, el Príncipe de la paz. Al rezar el rosario meditamos sobre este misterio con el corazón oprimido por las noticias procedentes de Irak, en guerra, sin olvidarnos de los otros conflictos que devastan la tierra".

"Qué importante es -prosiguió- que durante este Año del Rosario perseveremos en el rezo de esta plegaria para implorar la paz. Pido que se siga haciendo sobre todo en los santuarios marianos. A María, Reina del Rosario, confío desde este momento el propósito de ir en peregrinación a su santuario de Pompeya, el próximo 7 de octubre, con motivo de la fiesta de la Virgen del Rosario. ¡Que la intercesión materna de María consiga paz y justicia para el mundo entero!".

Hablando en holandés, el Santo Padre dijo a los peregrinos de los Países Bajos y Bélgica: "Elevemos nuestras oraciones al Señor para que el amor venza al odio y para que la paz, la justicia y la solidaridad crezcan en todos los rincones del mundo, en el espíritu del Evangelio".

Juan Pablo II se dirigió después a sus compatriotas polacos, entre ellos el cardenal primado de Polonia, el ministro de Bienes Culturales y los embajadores de Polonia y Francia ante la Santa Sede. "Al final de esta audiencia -dijo- bendeciré la copia del famoso fresco de la 'Mater admirabilis' de la Iglesia de la Santísima Trinidad (Trinit dei Monti, en Roma). La tradición lo liga de forma singular con Cipriano Norwid. Ante esta imagen imploraba para sí mismo el don de la conversión y de la fe. Me alegro de que ese hecho se recuerde por medio de esta copia del fresco puesta en la iglesia de Santa Catalina de Varsovia".

El escritor, pintor y filósofo Cipriano Norwid, nacido cerca de Varsovia (Polonia) en 1821, ha sido citado muchas veces en sus discursos por Juan Pablo II. A lo largo de sus viajes por toda Europa, Norwid se desplazó con frecuencia a Roma y visitó muchas veces la iglesia de Trinit dei Monti.

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