CIUDAD DEL VATICANO, 10 DIC 2002 (VIS) - El Papa recibió esta mañana al grupo de prelados de la Región Nordeste III de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil que acaban de realizar su visita "ad limina".
Hablando de los consagrados, el Santo Padre dijo que "la sociedad actual tiene que reconocer en estos hombres y mujeres la armonía existente entre lo humano y lo divino, entre las cosas visibles y las invisibles".
"Lo que hoy vemos por toda la geografía nacional -afirmó-, es fruto del trabajo escondido, silencioso y benemérito de muchos laicos y laicas y de tantos religiosos y religiosas que han contribuido y contribuyen a la edificación de ese alma cristiana del brasileño".
Tras subrayar que las "numerosas comunidades religiosas de vida activa y contemplativa son sin duda una gran riqueza de las Iglesias" que presiden los obispos, Juan Pablo II dijo: "La Iglesia no puede sino manifestar la alegría y el aprecio por todo aquello que los religiosos han realizado mediante las universidades, escuelas, hospitales y otras obras e instituciones. (...) Pido a Dios que recompense abundantemente a todas las comunidades religiosas por la colaboración que prestan".
Refiriéndose a los medios de comunicación, el Papa hizo hincapié en la importancia de que sean bien orientados "para que no se dejen arrastrar por ideologías contrarias al Magisterio de la Iglesia, y se comprometan en mantener la unidad con la sede de Pedro".
El Santo Padre alentó a los responsables de las congregaciones e institutos de las diversas diócesis brasileñas a "ofrecer a los novicios y novicias una formación humana, intelectual y espiritual que permita una conversión de todo su ser a Cristo, para que la consagración configure cada vez más su oblación al Padre. Las actividades y los programas de la Conferencia Nacional de los Religiosos -añadió- deben ante todo 'primar por el respeto y por la especial obediencia al Sucesor de Pedro y a las directrices' emanadas por la Sede Apostólica".
"Como Conferencia y también como pastores individualmente -señaló-, examinaréis sin duda, con objetividad y respeto, la creciente escasez de vocaciones que se está verificando en muchos institutos, mientras otros florecen continuamente. Es parte constitutiva de vuestro ministerio -dijo a los prelados- apoyar y orientar la observancia de los consejos evangélicos. (...) El cuidado de la vida religiosa es especialmente urgente cuando se discute acerca de la identidad vocacional".
El Papa concluyó recordando que "la renovación de la vida religiosa depender del crecimiento en el amor de Dios. (...) El único modo efectivo de descubrir cada vez más la propia identidad es arduo pero consolador, camino de conversión sincera y personal, con un humilde reconocimiento de las propias imperfecciones y pecados; y la confianza en la fuerza de la resurrección de Cristo ayudar a superar toda aridez y flaqueza, a eliminar el sentido de desilusión experimentado en ciertas ocasiones".
AL;...;...;BRASIL;VIS;20021210;480;
Hablando de los consagrados, el Santo Padre dijo que "la sociedad actual tiene que reconocer en estos hombres y mujeres la armonía existente entre lo humano y lo divino, entre las cosas visibles y las invisibles".
"Lo que hoy vemos por toda la geografía nacional -afirmó-, es fruto del trabajo escondido, silencioso y benemérito de muchos laicos y laicas y de tantos religiosos y religiosas que han contribuido y contribuyen a la edificación de ese alma cristiana del brasileño".
Tras subrayar que las "numerosas comunidades religiosas de vida activa y contemplativa son sin duda una gran riqueza de las Iglesias" que presiden los obispos, Juan Pablo II dijo: "La Iglesia no puede sino manifestar la alegría y el aprecio por todo aquello que los religiosos han realizado mediante las universidades, escuelas, hospitales y otras obras e instituciones. (...) Pido a Dios que recompense abundantemente a todas las comunidades religiosas por la colaboración que prestan".
Refiriéndose a los medios de comunicación, el Papa hizo hincapié en la importancia de que sean bien orientados "para que no se dejen arrastrar por ideologías contrarias al Magisterio de la Iglesia, y se comprometan en mantener la unidad con la sede de Pedro".
El Santo Padre alentó a los responsables de las congregaciones e institutos de las diversas diócesis brasileñas a "ofrecer a los novicios y novicias una formación humana, intelectual y espiritual que permita una conversión de todo su ser a Cristo, para que la consagración configure cada vez más su oblación al Padre. Las actividades y los programas de la Conferencia Nacional de los Religiosos -añadió- deben ante todo 'primar por el respeto y por la especial obediencia al Sucesor de Pedro y a las directrices' emanadas por la Sede Apostólica".
"Como Conferencia y también como pastores individualmente -señaló-, examinaréis sin duda, con objetividad y respeto, la creciente escasez de vocaciones que se está verificando en muchos institutos, mientras otros florecen continuamente. Es parte constitutiva de vuestro ministerio -dijo a los prelados- apoyar y orientar la observancia de los consejos evangélicos. (...) El cuidado de la vida religiosa es especialmente urgente cuando se discute acerca de la identidad vocacional".
El Papa concluyó recordando que "la renovación de la vida religiosa depender del crecimiento en el amor de Dios. (...) El único modo efectivo de descubrir cada vez más la propia identidad es arduo pero consolador, camino de conversión sincera y personal, con un humilde reconocimiento de las propias imperfecciones y pecados; y la confianza en la fuerza de la resurrección de Cristo ayudar a superar toda aridez y flaqueza, a eliminar el sentido de desilusión experimentado en ciertas ocasiones".
AL;...;...;BRASIL;VIS;20021210;480;
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