JORNADA MUNDIAL DE ORACION POR LA PAZ EN EL MUNDO

CIUDAD DEL VATICANO, 24 ENE 2002 (VIS) - Tras un viaje de dos horas en un tren de siete vagones que salió a las 8,40 de la Estación de la Ciudad del Vaticano, el Papa y los representantes de las diferentes religiones mundiales, unos 300, llegaron a Asís (Italia) para participar en la Jornada de Oración por la Paz.

  Después de bajar del tren, Juan Pablo II se trasladó en papamóvil hasta la Plaza de San Francisco, donde en el palco acogió a los representantes que participan en el encuentro con sus respectivas delegaciones.

  A continuación, el Papa dijo unas palabras de bienvenida.

  "Gracias por vuestra adhesión a mi invitación, interviniendo aquí en Asís a este encuentro de oración por la paz, que recuerda el de 1986 y constituye una prolongación significativa -dijo el Papa-. El objetivo es siempre el mismo, el de rezar por la paz, que es ante todo don de Dios que hay que implorar con insistencia fervorosa y confiada. En los momentos de aprensión mas intensa por el destino del mundo, se advierte con mayor vivacidad el deber de comprometerse personalmente en la defensa y en la promoción del bien fundamental de la paz".

  "Dirijo un saludo especial -prosiguió- al Patriarca ecuménico, Su Santidad Bartolomé I y a cuantos lo acompañan; al Patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, Su Beatitud Ignacio IV; al Catholicos Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente, Su Santidad Mar Dinkha IV; al arzobispo de Tirana Durres y de toda Albania, Su Beatitud Anastas; a los delegados de los Patriarcas de Alejandría, Jerusalén, Moscú, Serbia, Rumania; de las Iglesias Ortodoxas de Bulgaria, Chipre, Polonia; a los delegados de las Antiguas Iglesias de Oriente; al Patriarcado Sirio Ortodoxo de Antioquía, la Iglesia Apostólica Armenia, el Catholicosado Armenio de Cilicia, la Iglesia Ortodoxa de Etiopía, la Iglesia Siro Ortodoxa Malankar. Saludo al representante del arzobispo de Canterbury, Su Gracia George Carey, a los tantos representantes de las Iglesias y comunidades eclesiales, Federaciones, Alianzas cristianas de Occidente; el Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias y a los representantes del Judaísmo mundial que han adherido a esta jornada especial de oración por la paz".

  "Quiero, además, dar mi más cordial bienvenida a los representantes de las diversas confesiones religiosas: a los representantes del Islam, llegados aquí desde Albania, Arabia Saudí, Bosnia, Bulgaria, Egipto, Jerusalén, Jordania, Irán, Irak, Líbano, Libia, Marruecos, Senegal, Estados Unidos de América, Sudán, Turquía; a los representantes del Budismo, venidos de Taiwan y de Gran Bretaña y a los del hinduismo venidos de India; a los representantes pertenecientes a la Religión Tradicional Africana, que vienen de Ghana y de Benin, como también a los que vienen de Japón, en representación de diversas religiones y movimientos; a los representantes Sikh de India, de Singapur y de Gran Bretaña; a los delegados del Confucianismo, del Zoroastrismo, del Jainismo. No me es posible nombrarlos a todos, pero quisiera que mi saludo no olvidase a ninguno de vosotros, huéspedes amables y deseados, a quienes una vez más doy las gracias por haber aceptado tomar parte en esta jornada tan significativa".

  "Mi agradecimiento se hace extensivo a los venerados cardenales y obispos presentes; en particular al cardenal Edward Egan, arzobispo de Nueva York, ciudad tan duramente golpeada por los trágicos sucesos del 11 de septiembre; saludo además a los representantes de los episcopados de esas naciones, donde se advierte con más fuerza la exigencia de la paz".

  Al final el Santo Padre saludó al cardenal Lorenzo Antonetti, delegado pontificio para la basílica patriarcal de San Francisco de Asís, a los Frailes Menores Conventuales, al presidente del consejo de ministros italiano, Silvio Berlusconi, a las diversas autoridades presentes, a todos los participantes en el encuentro, especialmente, dijo "a los jóvenes que han pasado en vela toda esta noche". "¡Que Dios nos conceda -concluyó- que de este encuentro broten los frutos de paz para el mundo entero que todos cordialmente esperamos!".

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