CIUDAD DEL VATICANO, 23 ENE 2002 (VIS) - En la audiencia general de hoy, celebrada en el Aula Pablo VI, el Santo Padre habló sobre el capítulo 36 del Libro del Eclesi stico, que recoge una oración por el pueblo santo de Dios.
"Antes que nada -dijo el Papa- encontramos la imploración para que Dios intervenga a favor de Israel y contra las naciones extranjeras que la oprimen. (...) El Dios de la Biblia no es indiferente ante el mal. (...) Está de la parte de las víctimas y se presenta como juez severo de los violentos, de los opresores, de los triunfadores que no conocen piedad. Pero su intervención no tiende a la destrucción".
Juan Pablo II afirmó que la segunda parte del himno "ya no vuelve a hablar de los enemigos, sino que pide los favores de Dios para Israel, implora su piedad para el pueblo elegido y para la ciudad santa, Jerusalén".
"En la Biblia, el lamento de los que sufren no se agota nunca en la desesperación, sino que está siempre abierto a la esperanza. En la base se encuentra la certeza de que el Señor no abandona a sus hijos, no deja caer de sus manos a aquellos que ha plasmado".
Después de saludar en diferentes lenguas a los peregrinos presentes en la audiencia, el Papa recordó que mañana viajará a Asís junto con otros representantes de diversas religiones para vivir "una jornada dedicada a la oración por la paz en el mundo. (...) Confío en que esta iniciativa, además de los efectos espirituales que escapan a la medida humana, contribuya a orientar los ánimos y las decisiones hacia propósitos sinceros y valientes de justicia y de perdón. Si es así, habremos contribuido a consolidar las bases de una paz auténtica y estable".
"Invito, por tanto, a los fieles católicos -terminó-, a unir su oración a la que mañana en Asís elevaremos juntos como cristianos, cultivando al mismo tiempo en sus corazones sentimientos de simpatía para los seguidores de otras religiones que vienen a la ciudad de san Francisco a rezar por la paz".
AG;ECLESIASTICO; ORACION PAZ;...;...;VIS;20020123;350;
"Antes que nada -dijo el Papa- encontramos la imploración para que Dios intervenga a favor de Israel y contra las naciones extranjeras que la oprimen. (...) El Dios de la Biblia no es indiferente ante el mal. (...) Está de la parte de las víctimas y se presenta como juez severo de los violentos, de los opresores, de los triunfadores que no conocen piedad. Pero su intervención no tiende a la destrucción".
Juan Pablo II afirmó que la segunda parte del himno "ya no vuelve a hablar de los enemigos, sino que pide los favores de Dios para Israel, implora su piedad para el pueblo elegido y para la ciudad santa, Jerusalén".
"En la Biblia, el lamento de los que sufren no se agota nunca en la desesperación, sino que está siempre abierto a la esperanza. En la base se encuentra la certeza de que el Señor no abandona a sus hijos, no deja caer de sus manos a aquellos que ha plasmado".
Después de saludar en diferentes lenguas a los peregrinos presentes en la audiencia, el Papa recordó que mañana viajará a Asís junto con otros representantes de diversas religiones para vivir "una jornada dedicada a la oración por la paz en el mundo. (...) Confío en que esta iniciativa, además de los efectos espirituales que escapan a la medida humana, contribuya a orientar los ánimos y las decisiones hacia propósitos sinceros y valientes de justicia y de perdón. Si es así, habremos contribuido a consolidar las bases de una paz auténtica y estable".
"Invito, por tanto, a los fieles católicos -terminó-, a unir su oración a la que mañana en Asís elevaremos juntos como cristianos, cultivando al mismo tiempo en sus corazones sentimientos de simpatía para los seguidores de otras religiones que vienen a la ciudad de san Francisco a rezar por la paz".
AG;ECLESIASTICO; ORACION PAZ;...;...;VIS;20020123;350;
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