Ciudad
del Vaticano, 20 febrero 2015 (VIS).-''Os doy la bienvenida en esta
casa que es también la vuestra. Y lo sabéis bien porque el Sucesor
de Pedro ha acogido siempre con amistad fraterna a los hermanos de
Ucrania''. Con estas palabras comienza el discurso que el Papa ha
entregado hoy a los obispos ucranianos,
al final de su visita ''ad Limina''. Una visita que tiene lugar en
una situación de grave y prolongado conflicto para ese país que
''sigue cobrándose muchas vidas inocentes y causa un gran
sufrimiento a toda la población''.
El
Papa ha encontrado en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a
los obispos de la Iglesia Greco-católica ucraniana, al obispo de
Mukachevo, de rito bizantino, y a los obispos de la Confencia
Episcopal de Ucrania, recibidos en audiencias separadas, y les ha
dado su discurso en tres copias originales firmadas de su puño y
letra ya que son tres las jurisdicciones eclesiásticas en Ucrania.
''En
este período -escribe
Francisco- como os he asegurado en varias ocasiones, sea directamente
como a través de los cardenales enviados, estoy particularmente
cerca de vosotros con mis oraciones por los difuntos y por todos los
afectados por la violencia , suplicando al Señor que conceda pronto
la paz y apelando a todas las partes interesadas para que se
apliquen las iniciativas alcanzadas de mutuo acuerdo, se respete el
principio de derecho internacional; en particular, para que se
observe la tregua firmada recientemente y todos los demás
compromisos que son condiciones necesarias para evitar la reanudación
de las hostilidades''.
''Conozco
los acontecimientos históricos que han marcado vuestra tierra y
están todavía presentes en la memoria colectiva. Son cuestiones
que tienen en parte una base política, y a las que no estáis
llamados a dar respuesta directa. Pero también hay tragedias
socio-culturales y humanas -señala- que esperan vuestra
contribución directa y positiva. En tales circunstancias, lo
importante es escuchar con atención las voces procedentes del
territorio, donde viven las gentes confiadas a vuestro cuidado
pastoral. Escuchando a vuestro pueblo, os hacéis cargo de los
valores que lo caracterizan: el encuentro, la colaboración, la
capacidad de arreglar las controversias, En pocas palabras: la
búsqueda de la paz es posible. Y vosotros fecundáis este
patrimonio ético con la caridad, el amor divino que brota del
corazón de Cristo''.
El
Santo Padre recuerda que a nivel local, los prelados tienen entre
ellos acuerdos específicos y prácticos como herederos de dos
tradiciones espirituales legítimas – la oriental y la latina- que
son extensivos a los otros cristianos presentes en sus comunidades y
subraya que esta actitud al igual que un deber, también es un honor
que merece ser reconocido. También reitera a los obispos que, en
ámbito nacional son ''ciudadanos de pleno derecho de su país y por
lo tanto tenéis derecho a exponer, también de forma común,
vuestro pensamiento acerca de su destino. No en el sentido de
promover una acción política concreta, pero sí indicando y
reafirmando los valores que componen el elemento coagulante de la
sociedad ucraniana, perseverando en la incansable búsqueda de la
armonía y el bien común, incluso frente a dificultades graves y
complejas. La Santa Sede está a vuestro lado, incluso en los foros
internacionales, para que se comprendan vuestros derechos, vuestras
preocupaciones y los justos valores evangélicos que os motivan y
está buscando, además, la forma de salir al encuentro de las
necesidades pastorales de las estructuras eclesiásticas que han
tenido que enfrentar nuevos problemas jurídicos''.
La
crisis que atraviesa Ucrania ha tenido indudablemente, un grave
impacto en la vida de las familias, constata el Papa, a lo que hay
que unir ''las consecuencias de ese malentendido sentido de la
libertad económica que ha permitido la formación de un pequeño
grupo de personas que se han enriquecido enormemente a expensas de la
gran mayoría de los ciudadanos. La presencia de este fenómeno ha
contaminado, de diversas formas, por desgracia, incluso a las
instituciones públicas. Y ha generado una pobreza inicua en una
tierra rica y generosa''. Por eso, Francisco exhorta a los obispos a
''no dejar nunca de hacer presentes a vuestros compatriotas las
consideraciones que la fe y la responsabilidad pastoral os sugieren.
El sentido de justicia y de verdad, antes que político, es moral, y
esta tarea está confíada también a vuestra responsabilidad como
pastores. Cuanto más seáis ministros libres de la Iglesia de
Cristo, tanto más, incluso en vuestra pobreza, os haréis
defensores de las familias, los pobres, los desempleados, los
débiles, los enfermos, los ancianos jubilados,los inválidos, las
personas desplazadas''.
Después
de animar a los prelados de Ucrania al anuncio constante del
Evangelio y a prestar atención a las vocaciones al sacerdocio y a la
vida consagrada, el Obispo de Roma se detiene en la relación
episcopal, consciente de las ''complejas circunstancias históricas
que pesan sobre las relaciones mutuas, así como de algunos aspectos
de carácter personal''.
''Sigue
siendo indiscutible el hecho -escribe- de que ambos episcopados son
católicos y son ucranianos, no obstante la diversidad de ritos y
tradiciones. A mí, personalmente, me duele escuchar que hay
malentendidos y heridas. Hace falta un médico, y ese es
Jesucristo, al que ambos servís con generosidad y de todo corazón.
Sois un solo cuerpo como ya os dijeron San Juan Pablo II y Benedicto
XVI y , a mi vez, yo os exhorto a encontrar entre vosotros la manera
de acogeros unos a otros y de sosteneros generosamente en vuestras
fatigas apostólicas. La unidad del episcopado, además de dar buen
testimonio ante el Pueblo de Dios, representa un inestimable
servicio a la nación, tanto en el ámbito cultural y social, como,
sobre todo, en el espiritual. Os unen los valores fundamentales y
tenéis en común los tesoros más preciados: la fe y el pueblo de
Dios. Por eso considero de suma importancia las reuniones conjuntas
de los obispos de todas las Iglesias sui iuris en Ucrania''.
''Tanto
como griego-católicos que como latinos sois hijos de la Iglesia
católica, que también en vuestras tierras, desde hace mucho
tiempo, se ha visto sometidoa al martirio-subraya Francisco- .La
sangre de vuestros testigos, que interceden por vosotros desde el
Cielo, sea para vosotros un motivo más que empuje a la verdadera
comunión de corazones. Aunad vuestras fuerzas y apoyáos unos a
otros, haciendo de los acontecimientos históricos un motivo de
compartición y de unidad. Arraigados en la comunión católica,
también podréis proseguir, con fe y paciencia, el esfuerzo
ecuménico, para que crezcan la unidad y la cooperación entre todos
los cristianos. Estoy seguro de que vuestras decisiones, de
conformidad con el Sucesor de Pedro, tendrán en cuenta las
expectativas de vuestro entero pueblo y os invito a todos a gobernar
las comunidades que se os han confiado, asegurando lo más posible
vuestra presencia y vuestra cercanía a los sacerdotes y fieles.
Espero que tengáis relaciones respetuosas y fructífero con las
autoridades públicas''.
Por
último el Santo Padre les exhorta a prestar gran atención a los
pobres. ''Son vuestra riqueza'',recalca. ''Y vosotros sois los
pastores de un rebaño que os ha confiado Cristo; sed cada vez más
conscientes de ello, incluso en vuestros órganos internos de
autogobierno que deben concebirse siempre como instrumentos de
comunión y de profecía. En ese sentido, espero que tanto vuestras
intenciones como vuestras acciones están siempre orientadas al
bien general de las Iglesias encomendadas... Os imparto con afecto
una especial bendición apostólica a vosotros, a vuestras
comunidades y a la amada población de Ucrania''.
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