Ciudad
del Vaticano, 12 octubre 2014 (VIS).- Esta mañana se ha celebrado en
la basílica de San Pedro una Santa Misa de acción de gracias por la
canonización de los santos canadienses François de Laval y María
de la Encarnación. El Papa en su homilía habló de los misioneros
que al igual que los nuevos santos son personas dóciles al Espíritu
Santo que tuvieron la valentía de vivir el Evangelio.
''Acogieron
la llamada del Señor -dijo Francisco-, saliendo a llamar a todos en
los cruces de caminos del mundo y de esa forma hicieron mucho bien a
la Iglesia, porque si la Iglesia se para y se cierra se enferma y se
puede corromper, sea con los pecados que con la falsa ciencia
separada de Dios que es el secularismo mundano. Los misioneros han
dirigido sus miradas a Cristo crucificado, han sabido vivir en la
pobreza y la abundancia, en la saciedad y en el hambre''.
El
Papa dio dos consejos a los peregrinos canadienses. En primer lugar
les invitó a tener siempre presentes a los pastores, que predicaron
la palabra de Dios. ''Considerad cuidadosamente el resultado de sus
vidas e imitar su fe'', dijo. Y en segundo lugar, citando nuevamente
las palabras de San Pablo:''Recordad aquellos primeros días en los
que después de haber recibido la luz de Cristo, tuvisteis que
afrontar una grande y dolorosa batalla'' los llamó a confiar y a
ser perseverantes: ''No perdáis vuestra confianza, a la que espera
una gran recompensa. Necesitáis sólo perseverancia ... ''.
Antes
de finalizar Francisco reiteró que no olvidasen a los tantos
misioneros canadienses que han evangelizado el mundo y que tampoco
dejasen de lado la franqueza y el valor porque ''el diablo es
envidioso y no tolera que una tierra sea tan fecunda de misioneros''.
''Rezad al Señor -concluyó- que ''Quebec vuelva al camino fecundo,
ofrezca al mundo muchos misioneros'' y que los nuevos santos
canadienses ''nos ayuden como intercesores''.
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