Ciudad
del Vaticano, 11 de octubre de 2014 (VIS).- La Décima Congregación
General se caracterizó por la audición de siete delegados
fraternos de diversas confesiones cristianas. La intervención del
octavo delegado, Su Eminencia Hilarión, presidente del Departamento
de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, tendrá lugar en
los próximos días.
En
sus intervenciones, los delegados fraternos expresaron al Santo Padre
y a los Padres Sinodales su gratitud por haber sido invitados a
participar en la asamblea. A continuación cada uno expuso el tema
de la familia en el ámbito de su confesión cristiana.
En
general los desafíos y las esperanzas que atañen al núcleo
familiar son comunes a todos los cristianos. La familia es clave
para la sociedad, es la base fundamental de la comunión en la
justicia. Ciertamente no faltan dificultades: la crisis económica
avanza, los medios de comunicación reducen los momentos de diálogo
en el hogar, y a veces proponen modelos que inducen al adulterio.
Las guerras, las migraciones, la globalización, el drama de
enfermedades como el SIDA y el ébola, el fundamentalismo islámico
presente en algunos países, ponen continuamente en peligro el bien
de la familia, en todos los contextos.
También
es común entre los cristianos la necesidad de una adecuada
preparación para el matrimonio así como de una cuidadosa reflexión
sobre el matrimonio entre creyentes y no creyentes. En cuanto a los
divorciados y vueltos a casar, se ha reiterado que su acogida en la
Iglesia puede dar nuevas esperanzas y favorecer un clima familiar
más sereno, que a su vez redundaría en beneficio de toda la
sociedad. Es esencial, por lo tanto que todas las confesiones
cristianas escuchen a los que se encuentran en situaciones
familiares difíciles ya que necesitan, día tras día, misericordia
y compasión y las iglesias siempre quieren ayudar a los que sufren,
teniendo en cuenta tanto la Santa la Escritura como los problemas
del mundo contemporáneo.
Por
cuanto respecta a las personas homosexuales , lejos de cualquier tipo
de condena, se puso de manifiesto la voluntad de escuchar y
comprender, reiterando al mismo tiempo que el matrimonio es la
unión entre un hombre y una mujer. También se habló de la
atención especial que merecen los niños nacidos en contextos
difíciles y todas las víctimas de la violencia, especialmente las
mujeres y los menores de edad , porque los cristiano tienen en común
la defensa de los más vulnerables, de los que no tienen voz, tanto
si son creyentes como si no lo son.
Otro
tema central en las intervenciones de los delegados fraternos, fue el
anuncio del Evangelio. La familia - se afirmó - es la primera
escuela de fe, es el lugar donde se aprende a conocer y difundir la
Buena Nueva, y por lo tanto es esencial que los cristianos compartan
la ''alegría del Evangelio'', ese ''Evangelii gaudium''
frecuentemente recordado por el Papa Francisco.
Se
encontraron algunas diferencias de enfoque, por ejemplo en el tema
de la regulación de los nacimientos y a este respecto se subrayó la
libertad de conciencia de los creyentes, siempre que se respete el
significado del amor y el matrimonio. Además, en relación con el
segundo matrimonio, los ortodoxos afirmaron que todavía
representa una desviación y que se celebra, después de un período
de acompañamiento de la Iglesia, para intentar que los cónyuges
se reconcilien.
Después,
los delegados fraternos de las Iglesias presentes en Oriente Medio
dieron las gracias al Santo Padre por haber convocado el 7 de
septiembre de 2013 la vigilia de oración por la paz en Siria y en
otros lugares en el mundo. En este contexto, se volvió a hablar de
la responsabilidad que compete a las familias cristianas en Oriente
Medio por cuanto respecta a la evangelización en los países de
mayoría islámica.
Todas
las intervenciones concluyeron manifestando el deseo de que el Sínodo
Extraordinario sobre la familia sea fructífero, también de cara a
la Asamblea ordinaria programada para el 2015.
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