Ciudad
del Vaticano, 23 de febrero 2014 (VIS).-”La escucha del Espíritu
Santo, que vivifica la Iglesia y el alma y con su fuerza creadora y
renovadora... sostiene siempre la esperanza del Pueblo de Dios en
camino a lo largo de la historia y...el testimonio de los
cristianos”, ha sido la invitación del Papa Francisco a los
cardenales creados en el consistorio de ayer que han concelebrado con
él la santa misa esta mañana en la basílica de San Pedro.
El
Santo Padre ha recordado en su homilía que las lecturas de este
domingo en que Jesús llama a la santidad, interpelan a todos y
especialmente hoy a los nuevos cardenales “Imitar la santidad y la
perfección de Dios puede parecer una meta inalcanzable -ha señalado-
Sin embargo, la Primera Lectura y el Evangelio sugieren ejemplos
concretos de cómo el comportamiento de Dios puede convertirse en la
regla de nuestras acciones ... Jesús nos habla en el Evangelio de
la santidad, y nos explica la nueva ley, la suya. Lo hace mediante
algunas antítesis entre la justicia imperfecta de los escribas y los
fariseos y la más alta justicia del Reino de Dios La primera
antítesis del pasaje de hoy se refiere a la venganza. “Habéis
oído que se os dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pues yo
os digo: …si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la
otra”.No sólo no se ha devolver al otro el mal que nos ha hecho,
sino que debemos de esforzar-nos por hacer el bien con largueza”.
La
segunda antítesis se refiere a los enemigos .“Amad a vuestros
enemigos y rezad por los que os persiguen”, dice Cristo. “A quien
quiere seguirlo, Jesús le pide amar a los que no lo merecen, sin
esperar recompensa, para colmar los vacíos de amor que hay en los
corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las
comunidades, y en el mundo. Queridos hermanos, Jesús no ha venido
para enseñarnos los buenos modales, las formas de cortesía. Para
esto no era necesario que bajara del cielo y muriera en la cruz.
Cristo vino para salvarnos, para mostrarnos el camino, el único
camino para salir de las arenas movedizas del pecado, y este camino
de santidad es la misericordia, que Él ha tenido y tiene cada día
con nosotros. Ser santos no es un lujo, es necesario para la
salvación del mundo. Esto es lo que el Señor nos pide”.
“Queridos
hermanos cardenales -ha dicho el Papa- el Señor Jesús y la Madre
Iglesia nos piden testimoniar con mayor celo y ardor estas actitudes
de santidad. Precisamente en este suplemento de entrega gratuita
consiste la santidad de un cardenal. Por tanto, amemos a quienes nos
contrarían... no pretendamos hacernos valer, contrapongamos más
bien la mansedumbre a la prepotencia. . Dejémonos guiar siempre por
el Espíritu de Cristo, que se sacrificó a sí mismo en la cruz,
para que podamos ser “cauces” por los que fluye su caridad. Esta
es la actitud, este debe ser el comportamiento de un cardenal. El
cardenal – lo digo especialmente a vosotros- entra en la Iglesia de
Roma, hermanos, no en una corte. Evitemos todos y ayudémonos unos a
otros a evitar hábitos y comportamientos cortesanos: intrigas,
habladurías, camarillas, favoritismos, preferencias. Que nuestro
lenguaje sea el del Evangelio: 'Sí, sí; no, no'; que nuestras
actitudes sean las de las Bienaventuranzas, y nuestra senda la de la
santidad”.
“El
Espíritu Santo nos habla hoy por las palabras de san Pablo: 'Sois
templo de Dios.... Este templo nuestro resulta como profanado si
descuidamos los deberes para con el prójimo. Cuando en nuestro
corazón hay cabida para el más pequeño de nuestros hermanos, es el
mismo Dios quien encuentra puesto...Un corazón vacío de amor es
como una iglesia desconsagrada, sustraída al servicio divino y
destinada a otra cosa”.
Francisco
ha concluido su homilía pidiendo a los cardenales su cercanía “en
la oración, el consejo y la colaboración ... para servir al
evangelio y ayudar a la Iglesia a irradiar el amor de Cristo en el
mundo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario