Ciudad
del Vaticano, 13 septiembre 2013
(VIS).-Francisco ha enviado un mensaje a los participantes en la
XLVII Semana social de los católicos italianos que se celebra en
Turín del 12 al 15 de septiembre congratulándose por la elección
del tema: “La familia, esperanza y futuro para la sociedad
italiana”, porque asocia la familia a esos dos conceptos. El Papa
afirma también que para la comunidad cristiana la familia es, además
“camino de generaciones que se transmiten la fe, el amor y los
valores morales fundamentales, además de ser solidaridad concreta,
fatiga, paciencia y proyecto... Todo ello... no se tiene solo para sí
mismos, sino que se convierte día tras día en fermento de
sociedad”.
La
tradición de las Semanas Sociales comenzó en 1907 y uno de sus
promotores fue el beato Giuseppe Toniolo. Esta es la primera Semana
convocada tras su beatificación, el 28 de abril de 2012. Las Semanas
se presentan como iniciativas culturales y eclesiales de alto perfil
y se proponen afrontar y, en la medida de lo posible, anticipar los
retos de la evolución de la sociedad.
“Esperanza
y futuro -escribe el Papa- presuponen memoria. La memoria de nuestros
ancianos es el apoyo para proseguir el camino. El futuro de la
sociedad... radica en los ancianos y en los jóvenes: estos últimos
porque tienen la fuerza de la edad para avanzar en la historia y los
primeros porque son la memoria viva. Un pueblo que no presta atención
a los ancianos y a los niños no tiene futuro porque maltrata la
memoria y la promesa”.
“Como
Iglesia ofrecemos una concepción de la familia que es la del Libro
del Génesis, de la unidad en la diferencia entre hombre y mujer, de
su fecundidad y la reconocemos como un bien para todos, como la
primera sociedad natural...La familia, así entendida, es el primer y
principal sujeto en la construcción de la sociedad y de una economía
a medida del ser humano ... Las consecuencias positivas o negativas
de las decisiones de carácter cultural... y político que tocan a la
familia repercuten en los diversos ámbitos de la vida de una
sociedad y de un país”.
En
su mensaje Francisco reitera que no se puede ignorar el sufrimiento
de tantas familias debido a la falta de trabajo, al problema de la
casa, al fracaso de la experiencia familiar o conyugal y también “
a la violencia que, desgraciadamente, también se anida en nuestras
casas”, pero no olvida que existe también el “testimonio
sencillo, pero bello y valiente de tantas familias que viven la
esperanza del matrimonio y de ser padres con alegría, iluminados y
sostenidos por la gracia del Señor y sin miedo de afrontar también
los momentos de la cruz que, vivida en unión con la del Señor no
impide el camino del amor, sino que puede hacerlo más fuerte y más
completo”.
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