Ciudad
del Vaticano, 1 de septiembre 2013 (VIS).-El Papa emérito Benedicto
XVI ha celebrado esta mañana la Santa Misa en la capilla de la
Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, con motivo de la
clausura del tradicional seminario estival de sus ex-alumnos, el
denominado “Ratzinger Schülerkreis”. El encuentro tiene lugar en
Castel Gandolfo pero este año Benedicto XVI no ha participado. La
XXXVIII edición del “Ratzinger Schülerkreis” ha tenido como
tema “La cuestión de Dios en el escenario de la secularización”
a la luz de la obra filosófica y teológica del pensador Rémi
Brague, galardonado el año pasado con el “Premio Ratzinger” de
Teología.
La
Santa Misa ha contado con la participación de unas cincuenta
personas y Benedicto XVI ha concelebrado con los cardenales Kurt
Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la
Unidad de los Cristianos y Christoph Schönborn, arzobispo de Viena
(Austria); los arzobispos Georg Gänswein, prefecto de la Casa
Pontificia y Barthelemy Adoukonou, secretario del Pontificio Consejo
para la Cultura y el obispo auxiliar de Hamburgo (Alemania),
Hans-Jochen Jaschke.
El
Papa emérito ha comentado en la homilía el evangelio de hoy en el
que Jesús invita a sus discípulos a tomar el último lugar. “Un
lugar que puede parecer muy bueno -ha dicho- puede revelarse un lugar
muy feo.... El que en este mundo y en esta historia es empujado hacia
adelante y llega a los primeros puestos tiene que saber que está en
peligro; tiene que poner todavía más sus ojos en el Señor... mirar
a la responsabilidad hacia los demás, tiene que convertirse en aquel
que sirve, en aquel que, en la realidad ,está sentado a los pies del
otro y así bendice y será a su vez bendecido”.
“La
Cruz, en la historia - ha explicado- es el último lugar y ... el
Crucificado no tiene lugar alguno... ha sido despojado... es nadie y
sin embargo “esta humillación extrema” es “la verdadera
exaltación... Sí, Jesús está ... a la altura de Dios porque la
altura de la Cruz es la altura del amor de Dios, la altura de la
renuncia a sí mismo y de la dedicación a los demás. Así, este es
el lugar divino y nosotros queremos pedir a Dios que nos conceda
comprender cada vez más y aceptar con humildad, cada uno según le
corresponda, este misterio de la exaltación y la humillación”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario