Ciudad
del Vaticano, 21 mayo 2013
(VIS).-El 21 de mayo de 1972 La Piedad de Miguel Ángel expuesta en
la basílica de San Pedro, fue atacada a martillazos por un turista,
que consiguió eludir a los vigilantes. El geólogo australiano de
origen húngaro Laszlo Toth, que tenía graves problemas mentales,
se lanzó contra la escultura gritando “Soy Jesucristo resucitado
de entre los muertos” y la golpeó quince veces, destrozando el
rostro, rompiendo el brazo izquierdo y lesionando el codo de la obra,
de la que se desprendieron cincuenta fragmentos.
Hoy,
cuarenta y un años después, los Museos Vaticanos dedican una
jornada de estudios a la reconstrucción de la escultura titulada
:“La Piedad de Miguel Ángel. En memoria del 21 de mayo de 1972;
historia de una restauración” que analiza la compleja y delicada
tarea de reparación efectuada entre 1972 y 1973 en los laboratorios
de los Museos Vaticanos, bajo la responsabilidad del que entonces era
su director, el brasileño Deoclecio Redig de Campos. Gracias a la
existencia de numerosos calcos y reutilizando, en la medida de lo
posible, los fragmentos originales junto con una mezcla de cola y
polvo de mármol, fue posible reintegrar la obra con fidelidad.
La
Piedad está considerada como la primera obra maestra de Miguel
Ángel- que tenía poco más de veinte años cuando la esculpió- y
la única firmada por él: en la cinta que sostiene el manto de la
Virgen se lee: “MICHEL A(N) GELUS BONAROTUS FLORENT(INUS
FACIEBAT.”. La Jornada de estudios desvelará, entre otras cosas y
gracias a los documentos conservados en la Fábrica de San Pedro,
los diversos lugares de destino de la estatua antes de su colocación
en 1779 en la primera capilla a la derecha de la nave de San Pedro
donde es visible hoy, pero protegida, tras el atentado, por un
cristal que la separa de los visitantes. La única vez que La Piedad
salió del territorio vaticano fue en 1964, rumbo a la Exposición
Universal de New York donde fue admirada por más de 21 millones de
personas. En esa ocasión el fotógrafo Robert Hupka, la inmortalizó
en su famoso libro titulado “Un acto de amor”. Otra detalle poco
conocido son las coronas con que la devoción ha adornado la cabeza
de la Virgen a lo largo de los siglos, como explicará el arqueólogo
Pietro Zander.
La
Jornada cuenta con un evento excepcional: la proyección del
documental, restaurado, en color, y en formato digital “La
violencia y la piedad” realizado en exclusiva mundial por el
recientemente fallecido Brando Giordani, en colaboración con el
Departamento de Cultura de la RAI que narra el entero proceso de
reconstrucción de la estatua. El documental se filmó por expresa
voluntad del papa Pablo VI que comparó a La Piedad destrozada con la
imagen de una Iglesia en lágrimas agredida por el mal.
También
otra celebre escultura de Miguel Ángel: el David que se encuentra en
la Academia de Florencia fue agredida a martillazos por un demente en
1991, que rompió los dedos del pie izquierdo de la estatua. La
restauración, que corrió a cargo del Opificio de las Piedras Duras
de Florencia, será ilustrada esta tarde y servirá de introducción
a una de las iniciativas de los Museos Vaticanos: la creación de una
gliptoteca virtual, con modelos tridimensionales y clones de las
obras más valiosas de sus colecciones para hacer frente a cualquier
tipo de emergencia.
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